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FIDEL ELIZONDO CONCLUSIÓN Llegados al final de nuestro estudio, queremos hacer resaltar algunas ideas principales en torno al célebre tratadito de Juan de Fano sobre la pobreza. El Discorso fue compuesto por nuestro autor cuando ya había abrazado la reforma capuchina, y fue publicado por él en 1536. Consta de tres partes de desigual extensjón: ámbito de la pobreza franciscana, prohibición de recibir dinero o pecunia y recurso a los ministros provinciales, caso de no poder guardar la regla espiritual– mente (muy breve). Es de tendencia más bien rigurosa, cual corres– ponde a la primerísima generación capuchina. Y se basa fundamen– talmente en las palabras y los ejemplos del seráfico padre, en las bulas Exiit qui seminat de Nicolás III y Exivi de paradiso de Cle– mente V, y en los mejores intérpretes doctrinales de la regla franciscana por entonces conocidos: los llamados Cuatro Maestros, Hugo de Digne, san Buenaventura, Juan de Pecham... En el opúsculo se observa, a veces, cierto desorden en la exposición y algunas repeticiones, debidas no raramente a la abundancia de autoridades que se aducen para corroborar la doctrina expuesta. Existe estrechísima relación entre el Discorso y la segunda redacción del comentario de Juan de Fano sobre la regla, denominado Dialogo della salute. Hay que descartar, por inconsistente, la suge– rencia de que el Discorso fuera entresacado del Dialogo por un religioso, después de la muerte de Juan de Fano. Juzgamos que tampoco puede afirmarse que los dos escritos provienen de un borrador anterior, común a ellos. A nuestro entender, el Discorso es un breve resumen del Dialogo, en lo tocante a la pobreza y al recurso a los ministros provinciales; resumen, por lo demás, no muy logrado en ciertos aspectos, como acabamos de señalar. Han sido numerosas las ediciones del opúsculo a través de los siglos. Con ser imperfecto nuestro catálogo, hemos reunido cientouna, la inmensa mayoría consultadas personalmente: treinta y seis ita– lianas (n. 1-36), once alemanas (n. 37-47), quince castellanas (n. 48-62), nueve francesas (n. 63-71), veintisiete latinas (n. 72-98) y tres neerlan– desas (n. 99-101). La mayoría son de procedencia capuchina (véanse, con todo, los números 8, 11, 14, 18, 39s, 44, 48-52, 62, 72). Casi siempre aparece el tratadito junto a la regla y al testarn.ento de san Francisco (excepto en los números 7, 35, 36, 72, 98); nunca en edición aparte, como opúsculo independiente. En general se halla en colecciones de textos espirituales y jurídicos en torno a la regla franciscana y la vida devocional de los religiosos. No faltan ocasiones en las que la

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