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Aunque leyendo el texto de la Regla parece que podría ponerse en duda la obligatoriedad de los ayunos en los viernes de la cuaresma de la Epifanía, examinando el contexto en su conjunto debe admitirse absolutamente la inclusión de los mismos en la norma general. ¿ Está también comprendido en la Regla el día de Navi– dad, caso de celebrarse en viernes? Unánimemente lo han de– fendido los expositores hasta el Código y modernamente la Sa– grada Congregación de Religiosos así ha respondido a la pre– gunta propuesta por los superiores de la familia franciscana. Al hablar después sobre el modo de ayunar impuesto por el Fundador expondremos nuestro pensamiento. c. Cuaresma mayor. La claridad que brilla en cuanto a la sustancia de los dos apartados anteriores desaparece al pro– ponerse la cuestión sobre la llamada Cuaresma mayor, es de– cir, la prescrita a los cristianos por la Iglesia antes de Pascua, que también regía como obligatoria en el siglo XIII. Conocida es la distinción de los ayunos religiosos en ecle– siásticos, regulares y mixtos, según se impongan únicamente por ley eclesiástica, por ley de la Orden o por las dos conjuntamen– te. El mero hecho de que un ayuno eclesiástico aparezca en la legislación religiosa no es prueba convincente de tratarse de estos últimos, pues se dan casos en que la norma general de la Iglesia esta sólo recordada en la Regla o Constituciones ; pre– cisa de todo punto el ayuno mixto la imposición de la ley parti– cular ( 32). ¿ Es este el caso de la Cuaresma mayor en la Orden Franciscana? Discuten los autores. Considerada la Regla I como fuente de la Bulada nos in– clinamos a creer que se trata de ayuno mixto en sentido propio, pues parece decirlo con suficiente claridad la cláusula que cierra el pál"!afo referente a la duración de los ayunos : ce Aliis autem temporibus non teneantur secundum hanc vitam nisi sexta fe- (32) Sobre este tema véase nuestro estudio Ayunos de los reZigiosos después de la promulgación del Código, en Revista Española de Derecho Canónico 8(1953), 453-473. 12