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- 94 - A nuestro siglo quedó reservado el "descubrimiento" del poeta Gonzalo de Berceo: eruditos y poetas glosan sus versos (4), filólogos y gramáticos encuentran en ellos un auténtico tesoro y los estudiosos rompen buenas lanzas defendiendo el lustre del preclaro hijo de la Rioja (5). Así confiesa sin rebozo Giménez Resano: "Con nuestro estudio queremos contribuir también al destierro de– finitivo de una imagen muy poco fiel, que representa a Gonzalo de Berceo como un poeta pobre de recursos, corto de inspiración, falto de aliento poético. Tal concepto se formó al no poder contemplar su poe– sía con los ojos limpios del polvo de los siglos, cuando no se supo con– siderar, y mucho menos valorar, el verdadero sentido del 'arte' y de la 'artesanía' del verso en los poetas medievales" (6). Una ligera sombra seguirá empañando, no obstante, el brillo de nuestro poeta y es su falta de originalidad; falta de originalidad que se ha convertido en tópico que repiten la generalidad de las historias de nuestra literatura. Ya sabemos que Berceo, lo mismo que los demás poetas del mes– ter de clerecía, no trató de inventar ni de crear, sino de poner al al– cance del pueblo lo que él había aprendido en la soledad de la biblio– teca: "Quiero fer la passion de sennor Sant Laurent en romanz que la pueda saber toda la gent" (7), afirma al comienzo del Martyrio de Sant Lauren<;io, idea que repite en la copla 2 de la Vida de Santo Domingo de Silos: "Quiero fer una prosa en reman paladino en el qua! suele el pueblo fablar a su vecino". Y para que no quede duda de su afán divulgador (y para re– frendo de sus afirmaciones, todo hay que decirlo), no tiene inconve– niente en descubrimos las fuentes en que se inspira, antes alude a ellas con machacona insistencia: "Lo diz la lection", "escripto lo te– nemos", "lo que non es escripto non lo afirmaremos" ... Nuestra pretensión con este trabajo es aportar algunas pruebas, o por lo menos facilitar alguna pista, que demuestren la originalidad de Berceo en lo que atañe a la Introducción a los Milagros de Nuestra (4) Azorín, Ramón Pérez de Ayala, Rubén Daría, Manuel y Antonio Macha– do, Enrique de las Casas... citados por Antonio G. SoLALINDE: Berceo, Milagros de Nuestra Señora, Clásicos Castellanos, Madrid, 1968, págs. XV ss. (5) Una nutrida bibliografía sobre el particular se encontrará en Carmelo GA– RIANo: Análisis estilístico de los "Milagros de Nuestra Señora", de Berceo, Madrid, o,·edos, 1965. (6) Gaudioso GIMÉNEZ RESANO: Gonzalo de Berceo: Lenguaje poético, estruc– tura y técnica narrativa, Zaragoza, 1969. (Se trata de la tesis doctoral, todavía iné– dita, defendida en la Universidad de Zaragoza). (7) BERCEO: Martyrio de Sant Laurenr;io, C l.

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