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- 110- En una ocasión compara gráficamente a María con un acueduc– to por el que nos vienen todas las gracias: "La vida eterna es fuente indeficiente que riega toda la superficie del paraíso... Pero ¿quién es la fuente de la vida, sino Cristo Señor?... Corrió la fuente hasta nosotros y se difundieron las aguas ... Descendió por un acueducto aquella vena celestial... Ya habéis advertido, si no me engaño, quién quiero decir que es este acueducto, que, recibiendo la plenitud de la misma fuente del corazón del Padre, nos la franqueó a nosotros'' (67). La misma idea expone Berceo cuando escribe "Pareze que el riego todo della manava Quando a menos della nada non se guiava" (C 22cd). Dando un paso más, San Bernardo se atreve a afirmar categóri– camente lo que nadie había promulgado antes que él, por lo menos con semejante firmeza: "Dios quiso que no tuviéramos nada que an– tes no hubiera pasado por María" (68); y en otra ocasión: "Es volun– tad expresa de Dios, que ha querido que todo lo tengamos por Ma– ría" (69). Respuesta y eco de este postulado, netamente de San Bernardo, es la copla 22 de la Introducción, en la que expone Berceo, sin dejar lugar a dudas, que todos, absolutamente todos, debemos acogernos a la sombra de María: "Quantos que son en mundo iustos e peccadores, Coronados e legos, reys e enperadores Alli corremos todos vassallos e sennores, Toc'.os a la su sombra irnos coger las flores". Quedaría incompleto nuestro estudio si no añadiéramos algunas palabras sobre el aspecto alegórico de la Introducción y no respondié– ramos siquiera brevemente a las objeciones que suelen esgrimirse con– tra la originalidad de esta pieza literaria. La alegoría y Berceo Debemos agradecer, y no poco, a Berceo por habernos obsequia– do con tan espléndida composición alegórica, con todo el mérito que para el autor supone: por ser la primera de nuestra literatura y por la perfección que alcanza. (67) SAN BERNARDO: Sermonts de Santos, En la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, en Obras Completas, vol. 1, págs. 738-739. (68) SAN BERNARDO: Sermones de Tiempo, En la vigilia de la Natividad del Se- 110r, 4, en Obres Completas, vol. 1, pág. 247. (69) SAN BERNARDO: Sermones de Santos, En la Natividad de la Bienaventurada Virgen Mu:a, en Obras Completas, vol. 1, pág. 741.
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