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52 UN DÍPTICO THEOLÓGICO FRANCÍSCANO (7) la prueba palpable la ofrece la controversia surgida entre los principales y más ilustres representantes de la escuela escotista. No pocos de éstos, y de los más renombrados en nuestros días, hi:1.n dado en decir que el pensamiento de Escoto no es el que han enseñado tradicionalmente los escotistas y rechazan de plano la conocida distinción entre Encarnación quoad substantiam y Encarnación quoad modum (8). En vista de todo esto y como recuerdo de este centenario. de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, me aventuro a proponer una nueva base sólida e indiscutifüe cientí– ficamente a las dos grandes verdades, fundamentales en la teo– logía católica, la primogenitura del Hijo y de la Madre (9). I: - DEL PUESTO QUE OCUPA JESUCRISTO EN EL PLAN DE LA CREACIÓN. l. • Planteamiento del problema y su solución. ¿La creación integral (10) es cristocéntrica o antropocén– trica? ¿Es Jesucristo o es el hombre el centro de la creación, el por qué supremo de todo cuanto existe, la razón última de cuanto ha sido creado? Es incuestionable el que Dios no puede tener un fin fuera de (8) En 1911-1912 el P. Deodato Maria de Basly, O.F.M., publicó una serie de ·artículos bajo el título Scot aussi loin des scotistes que des thomistes, in Rev. Duns Scót 9-10(1911-1912), que llemaron la atención de los teólogos, como era natural, puesto que en ellos sostuvo no ser el pensamiento del Doctor Sutil el que habían presentado tradicionalmente como tal los teólogos escotistas. Salieron en defensa de la interpretación tradicional, entre otros los PP. Raymond de Courcerault, Y A. Martini, en los estudios citados en la nota anterior. Hay que reconocer, siri em– bargo, que los escotistas contemporáneos más conocidos se jlan inclinado al lado del P. Deodato. Así lo han hecho E. LONGPRÉ, Le bienheureux Duns Scot, doctewr du Verbe incarné, loe. cit.; P. HERCÉDEZ, Place du Christ dans le plan de la création, loe. cit.; C. BALié, La prédestination de la Tres Sainte Vierge, loe. cit. Pero entre todos sobresale el P. Bonnefoy, verdadera autoridad en esta materia, en el estudio ya citado La Primauté absoZue et universelle y en Raison de l'lncarnation et Pri.,. mauté du Christ. Réflexions sur une controverse, in Divus Thomas (Piac.) 46(1943), p. 103-120. (9) Quizá parezca a alguien que la solución adoptada en este estudio es la misma propuesta y defendida por el P. Bonnefoy en su monografía ya citata La Primauté absolue et universelle; pero aunque son muchos los puntos de coincidencia, quizá sean más los de divergencia, comenzando por el modo de plantear el problema del ci:istocentrismo, como se verá en las páginas siguient'es. (10) Es obvio el significado que se dá aquí a la palabra « integral ». Con ·ella. se pretende abarcar los seres todos creados en el orden. de la naturaleza, de la gracia y de la gloria, hasta el ser-privación y el mal.

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