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"t8 UN bíPTICO THEOLÓGICO FRANCISCANO (33) cáronse obras voluminosas tales como la de Salvador Montalbán d.e Sambuca y la de Carlos del Moral consagradas total o prind– J'.>almente al problema del débito. Entre los teólogos franciscanos, unánimes ·en sostener la Concepcion inmaculada, se originaron cuatro ramificaciones; la que sostenía en María Santísica un débito próximo: no co.ntrajo .el pecado, pero pecó en. Adán, en quien se hallaba como en su cabeza; la que juzgaba que, para salvaguardar la universalidad <le la redención, le bastaba un débito remoto: ser hija de Adán ·via . generationis; la que se contentaba con un débito remotí– .siimo: simplemente tener lá naturaleza de Adán; la que recha– zaba de plano todo débito. Como se ha escrito mucho y bien so~ bre esta materia, sobre todo en nuestros días, no me detengo .ni a 1:ne:peionar los teólogos, que han patrocinado cada una de ellas. 5. - Los teólogos franciscanos en la actualidad. Los teólogos franciscanos contemporáneos no han planteado el problema, como se debía haber planteado, Han seguido la trayectoria marcada por los teólogos de los siglos anteriores, y en lugar de desterrar el problema de. sus. escuelas y de sus escritos, se han contentado con engrosar el número de los que niegan todo débito. Parece haber sido consigna del centenario de la procla– mación del dogma de la Inmaculada el estudiar y decidir la existencia de éstos. Al leer las obras y estudios publicados; re– euerdo siempre el caso de a9,uellos dos aficionados que discu– tían si era rubí o era esmeralda la piedra que tenían en las ma– nos, sin darse cuenta de que era una piedra falsa. Para un fran– dscano, del puesto eminentísimo que ocupa la Virgen Santísima en la mente divina, se desprende lógicamente que ni pecó ni pudo pecar, ni pecado personal ni pecado original. De quien se dice ,que ni pecó ni pudo pecar, mal se puede discutir sobre si debió pecar. .Esto que parece una minucia, no lo es. El admitir la existen– da del problema, aunque no sea más que para rechazar la exis– tencia de todo débito, ha tenido sus inconvenientes. Ha pl'ovo– ,cado la disconformidad. de teólogos franciscanos notables que no ven, cómo tuvo necesidad de redención, aunque sea preservativa, La negación del «debitum peccati», loe. cit.; PEDRO DE ALCÁNTARA, La redención y el ,débito (siglos XVII-XVIII), in Verd. Vida 12(1954), p. 1-47.. 445-480; ALEJANDRO DE VILLALMONTE, La Inmaculada y e.l débito del pecado, ibid., p. 49-101.
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