BCCCAP00000000000000000001332

(32) P. CARMELO J>E ITURGOYElN q7 men que nos testifica la historia de la teología, las inenarrahles controversias sohre un tema que en modo alguno merecía la· pena de haber gastado tanta tinta y papel. A ello contribuyó, sin duda alguna, el sesgo que las discusiones sobre el privilegio ma– riano fueron tomando a raiz de la intervención del Papa Sixto IV con sus bullas Cum praeexcelsa del 29 ahril de 1476 y Grave nimis del año 1482, en un todo favorable a los defensores de la Concepción Inmaculada de , la Virgen Santísima. Fué tam- . hién ocasión propicia para ellas la desgraciada intervención del card. Tomás Vio Cayetano, O.P., en el problema del débito el· año en 1515 (92). A la verdad que han sido pocos los ternas que han inspi:.. ' rado y apasionado tantas plumas. Son muchísimos los estudios. que vienen publicándose en. nuestros días, dedicados tan solo a descubrir y señala:,;- la posición que los teólogos adoptaron en los. <li<;hos siglos en el problema de los famosos débitos (93). Publi- (92) · Son bien conocidas de los teólogos las intemperancias del famoso do– minico ·Vicente Bandelli, autor de estos dos libros: Libellus reeolectorius auctorita– tum tie veritate Conceptionis beata.e Virginis Mariae gloriosae, Mediolani 1475; Tractatu§ de singulari puritate et praerogativa Salvat.oris Domini Nostri Jesu Christi, Bononiae 1481. Cf. H. HURTER, S.J., Nomenclator literarius theologiae, catholicae II, Oenipotente 1906, col. 1114s. Estas obras motivaron la intervención de ·la Santa Sede, regida :a la sazón por el franciscano conventual Siido IV, quien en 1476 publicó la bula Cum praeexcelsa, y en 1482 la Grave nimis. A causa de estas intemperancias y de algunos otros teólogos maculistas em– peoró 1a situación· de éstos y mejoró grandemente la de los inmaculistas, suyo nú– mero fué creciendo de día en día; tanto que el mismo cardenal dominico Tomás. Vio Cayetano tuvo que confesar: Doctores tenentes 1Jeatam, Virginem, es§e prae– servantam, sunt numero infiniti, si ad modeoios spectamus. En estas circunstancias. tuvo lugar la intervención de este célebre Cardenal Cayetano. En su Tractatus de Conceptione Beatae Virginis Mariae ad Leonem X (Romae 1515), concedía no ser– contraria a la fe la opinión piadosa; pero la calificaba, en primer lugar, de una probabilidad valde exigua, y exigía, para salvaguardar el dogma. de la universalidad 'de la redención, un tal cdebitum peccati en la Virgen Santísima, ·que no podía ser admitido po:P ningún teólogo :francis<iano; un debitum :fundado y radicado en la .transmisión de una carne inficionada y necesitada de ·inficionar el alma de María. ·Toda otra preservación del pecado original e'ra contFaria a la fe. Cf. J.F. EoNNEFOY, La negación del «debitum peccati», loe. cit., p. 113s. Los teólogos franciscanos vieron en esta solución propuesta por Cayetano una manera de defender lo indefendible para ellos; y aunque ·a l\faldonado •pareció nueva, "desconollida hasta entonces y excelente ,solución, los :franciscanos la recha– ,zaron de plano y· se diewn •a aminorar él débito del pecado original, dando origen al famoso problema de los débitos en los siglos siguientes. Acerca de las intemperancias de Bandelli, las intervenciones de Sixto •I'V y del card. Cayetano y Moldonado cf. X. LE BACHELET, in Dict. Th~ol.Óath. VII, col. 1125. '1156-1160. 1164~11'66. (93) En las monografías repetfdamente citadas en el curso de nuestlio estu– dio. ·Cf. C. BALié, ·De debito peccati origínalis, loe. cit.; B. OeERÍN-JAÚREGUI, O,F.M., Erx;ención del débito y del fomes peocati en la Virgen María, in Verd. Vida 5(1947), p. 4190451; J.F. B0NNEFOY, La Primauté absolue et universelle, loe. cit.¡ IDEM,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz