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76 UN DÍPTICO ,THEOLÓGICO :FRANCÍl;!OANO (3J) ,Brindis (90) y, a mi parecer, no la da el benemérito P. .J:. Fr. ,Bon– nefoy, al menos yo no. }a encuentro. Afirma, •en efecto, com<> lo han ec4o todos los teóÍOgos franciscanos• qU:e fué redimida· y preserv~da intuitu meritorum Chri~ti, er' solo Cristo predesti,. nado ante· praevisum . Adae peccatum y predestinado como Re– dentor; pero no nos dice cómo fué redimida de, un pecatlo to- ,. davía imprevisto en la· mente divina (91). 4. - Las controversias sobre el débito del pec(J,do original ,en la Madre de Dios durante los siglos XV-XIX. He escrito anteriormente que quienes crearon el problema del famoso debitum de coµtraer el pecado original én la Virgen Santísima, del que tanto se escribió en los siglos siguientes, . fueron los teólogos franciscanos y no sus contraopinates, que se .aferraban al hecho de haber contraído el pecado original; que fueron precisamente los d,iscípulos inmediatos de Escoto por la J)reocupación que sentían de salvaguardar el dogma de la uni– versalidad de la redención por Cristo; que esto ,era un problema que siendo real para aqu~llos qµe negaban o desconocían la predestin~ción y preelección de Maria Santísima en la mente di– vina para Madre de Dios ·con todas la prerrogativas .. que esto lleva' consigo, en modo alguno lo era para aquellos teólogos que fundaban en esa preelección y predestinación toda su teología mariana, sobre todo el predilecto privilegio mariano, la inma- .,culada Concepción. Se puede señalar 'el siglo XV como la época en. que se inicia~. ron y el siglo XVI y XVII,· c7iando a4quirieron el· enorme volu- ;iublevandos. homines .e lapsu; et sic deberet atrocissimum . in carde. martyrium .aa modo 'suo cooperari veluti. corredemptrix cum Christo ad obtinendam p'l'o nobis ve, niam ~t salutem. Cf. Ópús theoloqicum 11, p. 448. '(90), El Santo Doctor, que tanto se complace, sobre todo en el Mariale, en· recordar la predestinación de la Virgen Santísima independiente del pecado de .Adán y. en ponderar las prerrogativas que a esa predestinación siguieron, ni se preocupa de la solución del problema ni· la aborda siquiera, aunque repite ·con fre– ,cuencia y hace re;altar ·que la predestinación de :María con todas sus co:nse~ue.ncias .gloriosas fueron fruto de la· reilención de Cristo. Hay un pasaje' (cf. Mariall!; p. 487s), en el que pa,rece querer abord'ar el problema y la dificultad; pero acude a un recurso oratorio, que no satiface al teólogo;. ,, (91) El P. Alejandro de Villalmonte termina su átinado, estudio sobre La Inmaculada y el débito del pecado (cf. Ve'l'd. Vidci 12[1964], p. 99) insinuai::i\lo una solución, que parece hacer suya. Esta solución es ingeniosa y .muy ' escotista, pero no satisfactoria. No se trata de la colación sino de· 1a ordenación; o más claro,. la predestinación de Maria Santísima, que no puede ser ni anterior ni independiente de la pasión y de los méritos de Jesucristo Redentor.

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