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(12) P. C.ARMl!lLO ,DE ITURGOYli)N fin (21). No se eche· en olvido que i/f,nis, etsi 'ultimus in executione ~$_t prlmus in intentione ag.entis, <;orno lo aseguran los filósofos., ,todQs. .. Por tanto, el naufragio del género humano, con la trágica. caída de Adán, el pecado original con su consecuente pérdida de– la gracia santificante y justicia original, la expulsión del pa– raíso con las consecuensias de ello derivadas, no fueron causa, ni ocasión, ni por qué de Jesucristo, fueron medio, fueron camino para Jesucristo. Ostentan la librea de medios; solo Cristo ostenta., 1a librea de fin y de fin último hacia el cual todo está encauzado~ Precisa cambiar esta nientalidad absurda y desterrar el len– guaje que la expresa, a saber, que el Cristo Redentor pr@suponga la previsión del naufragio del género humano y .el pecado original en la mente divina. Hay que h_acerse a pensar y a hablar de ma– _nera opuesta, que es la que corresponde a Ja realidad. El naufra– gio del género humano presupone la predestinación de Jesucristo, y de Jesucristo como Redentor. Omnia, propter Christum. b) La misma vida mortal de Jesucristo, su actuación toda en este mundo, desde su Encarnación en -las purísimas entrañas de– María Santísima hasta su muerte en la Cruz, no son fin respecto a la persona de Cristo sino medios, al paso que están U~adas ,entre _sí como partes, de un todo, como medios a un fin inmediato (22)~ e) Son :rnuchos los ejemplos con los que los teólogos francisca– nos han querido explicar su teoría sobre el motivo de la Encar– 'nación ante praevisum Adae peccatum. Ninguno. de eHos me ha.· (21) Como se deja entrever, la misma Vírgen Santísima, que ostenta la ·librea. ,de causa meritoria, ejemplar y final respecto a los demás seres, ostenta la librea,. ide medio respecto a su Hijo divino. (22) Queda dicho cómo· el fin supremo de Jesucristo fué y -es la gloria de •DtO'S– <mediante las aecionef! todas de ·su vida mo_rtal e ·inmortal; -por tanto, cuanto 'hizo, y hace, ,cuanto ejecutó y -ejecuta, no son más que -medios de los que se siffe, medios: ,natuFalm:ente ordenados entre sí como partes de un todo, o como medios a fines. inmediatos. En el año 1913 originóse un debate entre el dominico E. Hugón (cf. Le moti! de, 4!l'naarnation, in Rev. Thom. 21[1913], p. 29lss) y el ,franciscano Crisóstomo Urru~ tibéhéty (cf. Le moti! de l'lncarnation cit., p. 11), y este último ·sostuvo que -era impo-– 'Bible poner una explicación media entre la tomista que afirma que la Encarnación está-, -esencialmente subordinada a la redenció-n, y la escotista que lo nie~a. Nosotros. ·opina·mos que la solución del problema c11 bien sencilla y el acuerdo entre las ijo& escuelas muy fácil. 'Basta tener en, cuenta que no es rii la Encarnaeión, ni la muert'f, ni la redención, el fin de Jesucristo, sino medios para él, para su ~lorificaeió:it; •y que las acciones del mismo Jesucristo ordenadas a ese fin último, su concepción.. en las purísimas entrañas de la Virgen Santísima, su nacimiento, su vida mortal.. su muerte, estaban entre sí ordenadas a otros fines immediatos, ·como la redencióni del género humano, medio máximo para su glorificación.
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