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,56 UN DÍPTICO THEOLÓGICO FRANCISCANO (11) Razón tuvo el Doctor Sutil cuando escribió: Non video prae– destinationem alicuius esse occasionatam. Un amor infinito, una gloria infinita, cual es el amor y la gloria, que le da Jesucristo, no pudo depender de un pecado (19). 2. - Consecuencias de lo que queda dicho. Son muchas las consecuencias que se desprenden necesaria– mente de lo que queda dicho y que, a mi juicio, es una verdad indiscutible. · a) Omnia propter Christum. Nos la expresa el profundo ;pensador y escritor fecmidísimo San Lorenzo de Brindis: Non fuit .Christus praedistinatus propter electos, sed electi propter Chri– stum (20). Ni los hombres ni los ángeles ni la Reina de los hombres y de los ángeles fueron la razón, el por qué último de J esu.cristo. Fué todo lo contrario. La creación entera viste y ostenta la li– brea de medios, mientras que solo Jesucristo ostenta la librea de (19) Cf. Op. París. III, d. 7, q. 4, ed. cit., p. 14. Dos fueron los grandes aciertos ,del Doctor Sutil. El primero consistió en trasladar el primado de Jesucristo, del terre– no de la hipótesis al de la realidad suma, al acto creador. No se trata de un Utrum .si homo condicional; .sino más bien de la jerarquía de los seres creados en la mente divina; respondiendo a este pregu~ta: « ¿quién es el que ocupa en ella el primer puesto? » con esta sencilla respuesta: el que más cerca está de El, aquél a· quien ,quiso unir con El hipostáticamente. El segundo acierto fué .el haber señalado a . Jesucristo, aquella naturaleza humano-divina, no la encarnación ni la redención ni el episodio de su vida mortal, como primer predestinado,. medio todo ello •a gloria ,de Jesucristo; como primer predestinado, como realizador supremo de la gloria divina. No se puede hacer caso omiso en este lugar de la controversia originada en nuestros días acerca de la paternidad de la hasta hoy llamada solución escotista. ¿Fué Escoto el primero en plantear el problema de la Primacía de Jesucristo del .modo indicado? Hay quienes reivindican esta gloria para el B. Raimundo Lulio, como el P. Samuel de Algaida, O.F.M.Cap. (cf. Christologia lulliana, seu de motivo · :incarnationis doctrina B. Raymundi Lull, in Coll. Franc. 1[1931J, p. 145-183), Y. .M. Caldentey, T.O.Reg. (cf. Principio fundamental de la Mariología luliana, Madrid 1943). La mayoría de los teólogos, sin embargo, se mantiene fiel a la tradición fran– dscana, que ha atribuido al Doctor Sutil .ese acierto y .esa gloria. Se puede sostener :hoy históricamente que no fué el único escritor que a fi;es del siglo XIII acudió .al acto creador de Dios para fundamentar el Prhnado de Jesucristo. No se riuede .dudar de que todos los escritores franciscanos, desde principios del .siglo XIV, se · volcaron a favor del Primado de Jesucristo, riresentándolo como el summum .Dei .opus; y se volcaron, invocando el nombre de Escoto, siguiendo sus huellas y citando sus obras y sús palabras. Pero es dudoso que .fuera él el primero en proponer esta .doctrina. , (20) Cf. S. LAURENTIUS A BRUNDUSIO, Opera Omnia l: Mariale, Patavii 1928, p. 79 1 III. Son muy dignas de consideración éstas y las siguientes palabras, del gran ,teólogo, y constituyen una prueba y una explicación magnífica de cuanto acabamos ,de decir, Invitamos el lector a leer y meditar todo el contexto.

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