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UN D.ÍP :'.l'lCO T;H:EOLÓGICO FRANCISCANO Por ellas aparece clara y ma:11i:fiesta Ta razón del mal, la ra– zón de lo imperfecto, del perfecto y del perfectíshno. Es categó– rico el pensamiento del B. J. Duns Escoto. SefiaJando el orden supremo de los seres en la mente divina y en el acto creador de Dios, pone esta base, que la repite con frecuencia: Universaliter ordinate volens, prius videtur velle h(lc quod est fini propin– 'quius (13); Omnis ordinate volens, primo vult finem, deinde im– mediatius illa quae sunt fini immediatiora. Se.d Deus est ordi– natissime volens (14). A la luz por tanto de la mencionada trilogía se ve clarísimo y de modo indudable, que es Jesucristo y no el hombre el sum– mum Dei opus, como le llamará Escoto, el perfectísimo, el por– qué supremo de todos los seres creados; el primer fruto del amor de Dios ad extra, su imagen perfectísima; que es Jesu– cristo y no el hombre, la causa suprema meritoria, ejemplar y final de todas las creaturas. El cristocentrísmo por tanto es una verdad que no se puede poner en duda, como no se pueden poner en duda las palabras del grande Apóstol del cristocentrismo San Pablo: Omnia enim vestra sunt, vos autem Chrísti, Christus autem Dei (15). Pero no pase desapercibida esta .verdad que es la má¡:; im– portante y es en la que se halla la clave de la solución al magno y debatidísimo problema. El Cristo de nuestro cristocentrismo no es un Cristo soñado ni hipotético. El summurri Dei opirs, la , raz.ón suprema y el por qué último de los seres es el que preexiste en la mente divina y no otro; el que existió realmente, el qµe vino a este mundo y murió en la cruz, el mediador, el, redentor, con sus llagas, con su corona de espinas, con su cruz, Este y no <>tro es el primer pi:evisto, el primer predestinado, · la cau¡:;a me:rj,. toria, ejemplar y final. Hago hincapié en este punto, porque, como he dicho, ,en él se encuentra el s.ecreto del cristocentrismo y el por qµé de los fracasos de los teó~ogos que nos han precedido. . Para este Cristo Redentor es para quien reivindica el Apóstol San Pablo la primogenitura universal y abs.olµta con aqqell~$ tan llevadas y traídas palabras ; ·qu;/Jd est perfectissimum, est exemplar eius quod est minus perfectum (cf. ibid., q_. 56, a. 1 ad 3); Quanto aliquid est melius. in effectibus, 'tanto est prius in ínte'lition!J agentis (cf. Contra Gentes, l. II, c. 44, I); Pars nobilior est propter nobiliorem ((lf. Summa Theol. q. 65, a. 2); Creaturae ignobiliores sunt propter nobiliores ·(cf. i'qid.), (13) Cf. Op. Oxon. III, d. 7, q. 3, in Joannis Duns Scoti theologiae marianae ele– menta, quae ad fidem codd. mss. edidit Carolus BALié, O.F.M., iSibellici 1933, p. 5. (14) Cf. Op. Paris. III, d. 7,.. q. 4, ed. ,C. ];lalip, loe. cit., p. 14. (15) 1 Cor. s, 22-23.