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Ansorena, José Luis Secundino Esnaola en otro tipo de actuaciones, como festivales benéficos, inauguración del Puente María Cristina, Comparsas de Caldereros, recepciones en el Ayuntamiento, etc. manejaba programas fundamentalmente de canciones vascas: Ume eder bat (Santesteban), Praisku eta Txomin, Euskaf safcha, Noef vasco (las tres de Esnaola), Euskal-biffera (Sarriegi), 11/unabarra (Sarriegi), Sorgin dan/za (E. Mocoroa), Ormachufo (Usandizaga)... El 6 de setiembre de este año de 1908 el Orfeón Donostiarra actúa en el Gran Casino de San Sebastián con la Orquesta Sinfónica, bajo la dirección del Maestro Arbós. Se interpretan Escenas Escandinavas (Max Bruch) y Kaiser March (Wagner). El Maestro Arbós queda satisfecho con la actuación del coro infantil, pero sugiere a Es– naola que el Orfeón sería más brillante con señoritas. La ocasión se presentó al año siguiente. El 19 de junio de 1909 se celebró un homenaje a Laurent de Rillé, estando él presente. En el Teatro del Circo se programó en exclusiva obras del homenajeado La Salida de los Apóstoles, Super ffumina, Los fumadores de opio, Te Deum, Belio navío. En la última obra intervino de nuevo el coro infantil, reforzado por 18 señoritas. Esnaola había dado otro paso importante. Todavía el mes de junio de 1910 viajó el Orfeón Donostiarra a Barcelona con las voces graves y un programa apropiado. La actuación en el Palau de la Música el 13 de junio abar– caba además la intervención del Orfeó Catalá, que funcionaba exclusivamente como agru– pación mixta. Las comparaciones fueron inevitables y favorables a los catalanes. Esnaola tomó la decisión definitiva de convertir al Orfeón Donostiarra en agrupación mixta. Había que acertar con el momento más oportuno. La ocasión llegó en el concierto que la administración del Gran Casino organizó en la te– rraza en setiembre de 1910 con su Orquesta Sinfónica y el Orfeón Donostiarra, bajo la direc– ción del maestro Arbós. Allí presentó Esnaola el coro de señoritas, actuando con todo el con– junto en la interpretación de Parsifaf-La Consagración del Graaf (Wagner) El éxito fue me– morable ante una gran masa de público. La acogida del coro de señoritas fue unánime y fue corroborada en un nuevo concierto pocos meses después en el Teatro del Circo, cantando el Affefuia de Haendel. Por si era necesaria una consagración del Orfeón Donostiarra como coro de voces mix– tas, ésta llegó de nuevo con el concierto organizado en el Gran Casino con los mismos in– térpretes en setiembre de 1911. Obra interpretada IX Sinfonía de Beethoven. Ahora sí que todos aceptan y aplauden la fusión del coro de señoritas con el tradicional Orfeón Donostiarra. Y desde ahora se trabajará con las grandes obras de los compositores universales más disinguidos. CONCLUSIONES Tras la exposición cronológica del desarrollo de nuestros Orfeones y Sociedades Cora– les con su correspondiente repertorio, trataremos de clarificar algunos conceptos que en lí– neas anteriores pueden ser motivo de error o confusión. 96 Musiker. 12, 2000, 77-99
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