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Ansorena, José Luis Junto a estos compositores del país Aureliano Valle había introducido en su repertorio Ave Maria de T L. Victoria, Sicut avis/ Surge, Jerusalem/ Plange/ Peccantem me quotidie de Palestrina, Oratorio de Noel de Bach, Obertura de La flauta encantada de Mozart, Las Siete Palabras de Haydn, Misa de Requiem de Cherubini, Ave Maria/ Saltarel/e/ Sansón y Oalila de Saint-Saéns, Misal La Pasión de Cristo de Perosi ... Iniciada la Sociedad Coral de Bilbao en 1909 en el Teatro lírico con la representación de Maitena (Colin-Decrept), experimentó un nuevo rumbo en su actividad, reforzado con la lle– gada a la dirección de Jesús Guridi en 1912. Con este gran maestro, autor de tantas obras para su querida Sociedad Coral, comienza en ésta una etapa nueva, que pertenece a otros tiempos. PAMPLONA. El nacimiento en 1881 del Ateneo Orfeón Pamplonés nos sugiere la impre– sión de que las clases cultas de Pamplona recogieron la responsabilidad de dar a la ciudad un digno representante en el arte de la música. En su formación tomaron parte nombres tan prestigiosos, como el Conde de Espoz y Mina, Florencia Ansoleaga, Julio Altadill, Juan ltu– rralde y Suit, Antonio lrazoqui, Serafín Mata, etc. etc... Ignoramos el repertorio usual de este Orfeón, pero sí conocemos el acta de disolución de la entidad, fechada el 24 de julio de 1887. El 29 de agosto de 1890 renace el Orfeón Pamplonés, bajo la dirección de Fidel Maya, pero su duración no alcanza a un año. Predomina la inasistencia de sus componentes a los ensayos, por ausencia de alicientes. Yel director, Fidel Maya, cesa en abril de 1891, por tras– ladar su residencia a Gijón. Para estas fechas en la entidad lleva algún tiempo trabajando, como profesor, el berga– rés Remigio Múgica, que vino a Pamplona con 23 años tras ganar una plaza de cantor de la Catedral. Ahora con sus 25 años tiene ya un prestigio ganado. Se trata de que él asuma las labores abandonadas por Fidel Maya Pero, ante la complejidad del asunto, la directiva de– cide momentáneamente suspender todas las operaciones de la Sociedad Coral. Sin embargo, gracias a las clases impartidas por Remigio Múgica, se mantiene la idea de resucitar el Orfeón Pamplonés cuanto antes. Remigio Múgica dirige también un pequeño Orfeón en el Centro Escolar Dominical de Obreros de la calle Calderería. Y no descarta la posibilidad de aprovechar algunos elemen– tos de este grupo, para incrustarlos en el futuro Orfeón Pamplonés. La ocasión se presenta, cuando la entidad recibe las bases de un Concurso de Orfeo– nes, Bandas y Charangas, que había de celebrarse los días 27 y 28 de agosto de 1892 en Bilbao. En reunión de la Directiva el 8 de mayo de 1892 Remigio Múgica expuso: "Si todos los elementos de que se había compuesto esta Sociedad Coral y algunos más que podían entrar como socios fundadores le secundaban, esta Sociedad podría acu– dir al citado concurso en Bilbao, en la segundad de obtener algún premio en la erase que se inscriba." Las palabras de Remigio Múgica muestran una gran confianza en su propia capacidad. Lo que desde el primer momento fue beneficioso, porque todos prometieron asistir con pun– tualidad a los ensayos y estudiar las obras que se pusieran en estudio para dicho concurso. El resultado no pudo ser más positivo, puesto que, celebrado el Concurso de Bilbao, el Or– feón Pamplonés obtuvo el Primer Premio, que supuso la firme y definitiva constitución del nuevo Orfeón Pamplonés. 90 Musiker. 12, 2000, 77-99
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