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400 Elizondo la orden (es el último precepto eminente en la inmensa mayoría de sumarios); 15) observancia del evangelio. Los 26 equipolentes corresponden, excepto uno, a los doce de Gonzalo, dirigidos a todos los religiosos, y a las condiciones que deben cumplir los mi– nistros que reciben a los candidatos (aquí son siete), y a las que deben observar los que pretenden ingresar en la fraternidad (aquí son siete); Gonzalo propone sólo doce, pero la materia es prácti– camente la misma. Los preceptos virtuales son 6; falta el séptimo de este autor, referente al ayuno. - En conclusión, la substancia de las obligaciones es fundamentalmente idéntica a la enunciada por Gonzalo. Distínguese esta edición en citar como preceptos cada uno de los tres votos comunes, la obediencia al papa, la observan– cia del evangelio, las condiciones que deben cumplirse cuando algún aspirante desea incorporarse a la orden y las prescripciones de derecho común de pedir permiso para ir a misiones y de no otor– garlo sino a personas idóneas. - Adoptan este sumario las ediciones neerlandesas de Amberes 1589 (n. 102), Lovaina 1718 (n. 105) y Brujas [s.a.] (n. 106). Véanse también los sumarios franceses (n. 58-63, 65s.). 2. Antuerpiae 1589. - Regula, et testamentum seraphici patris nostri S. Francisci. Cum discursu super observantia paupertatis, authore R. P. F. Ioanne de Fano. Reliqua vide sequenti pagina. Antuerpiae, Ex officina Christophori Plantini. M.D.LXX:XIX [1589]. 9 X 6 cm., 452 p. + [2] h., il. En Mestre y Lucerna hemos encontrado otro ejemplar de la obra mencionada en el número anterior, consultado en la Biblioteca Va– ticana, con idéntica portada; pero sin coincidir en el sumario de la regla. En efecto, en p. 41-60 [ = 50] dice: Summarium praeceptorum obligantium ad mortale. Praecepta totius regulae obligantia ad mor– tale sunt 27; esto es: 9 eminentes o formales (los tres votos se reagru– pan en un precepto, y no se citan los correspondientes a la obedien– cia al papa, a la observancia del evangelio y a la petición - conce– sión de licencia para ir a misiones); 12 equipolentes (se suprimen como tales las condiciones que deben cumplir los religiosos que re– ciben a los candidatos, y los aspirantes a la orden); 6 virtuales (como en el número anterior). La materia es la misma; pero distinto el enfoque. Tal vez pareció inoportuno presentar la norma de vida franciscana tan recargada de obligaciones, cuya gran parte no dice relación a la vida cotidiana de los religiosos. Los consejos para obrar el bien, las exhortaciones para évitar el mal y las libertades coinciden con las del número anterior.

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