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396 Elizondo y otros infieles, y no enviar allí sino a religiosos idóneos 46 ; tales mandamientos no se enuncian, con todo, como preceptos, pues pa– recen más bien estatutos de derecho común que particulares de la norma de vida franciscana 47 • En cuestión aparte trata de los consejos o admonitiones y de las libertades que la regla propone 48 • Los primeros, en cuanto tienen por objeto exhortar a obrar el bien, son once. Fundamentalmente son los de Gonzalo; pero falta uno, la caritativa acogida, por parte de los ministros, a los frailes que pecan (n. 11); en el número 4, aun con fondo idéntico en la regla, cada uno de los dos autores toma frase distinta: no se avergüencen los religiosos cuando van a la limosna (Gonzalo); cuando van a ella, vayan confiadamente (An– tonio) 49 • Las seis admonitiones para evitar el mal y las seis liberta– des son idénticas, con ligerísimos retoques, en ambos expositores 50 • Por el contrario, el célebre franciscano del siglo XVI silencia las doce condiciones que deben cumplir los superiores que admiten a la orden (seis) y los candidatos que pretenden ingresar en ella (seis). Juzgamos que los sumarios de la regla, ya completos, ya par– ciales (se enumeran sólo las obligaciones), tienen su origen para todas las familias franciscanas, en estos dos autores. 46 Dice así: « Quicumque fratrum divina inspiratione voluerint ire inter saracenos et alios infideles, petant inde licentiam a suis ministris provincia– libus. Ministri vero nullis eundi licentiam tribuant, nisi eis quos viderint esse idoneos ad mittendum » (Regula, c. 12, p. 73s). 47 « Et illud 12 cap. de non eundo ínter sarracenos sine licentia, et non mittendo nisi idoneos, potius videtur praeceptum iuris communis quam parti– culare regulae nostrae, ut ibi videbitur 12 cap.; ideo hic non ponitur » (ANTONIUS, l.c., p. 27r; véase también c. 12, q. 1, h. 337v-339r). 48 ANTONIUS, Expositio, c. 1, q. 2, h. 27v-29v. Sigue, como él mismo lo ad– vierte, la doctrina del ministro general Gonzalo. ([bid., h. 28rv). 49 Dice la regla: « Vadant pro eleemosyna confidenter; nec oportet eos ve– recundari » (Regula, c. 6, p. 68). 50 Y termina Antonio de Córdoba: « Inter has autem libertates non ponitur illa quae habetur cap. 10, quod scilicet pro spirituali regulae observantia pos– sint subditi ad suos ministros recurrere: quia, ut dictum est, ista non est libertas pura et concessio, quae libere omitti possit, de quibus hic agitur, ex quo etiam ibi praecipitur; sed est libertas ad hunc sensum, quod per neminem possint impediri, ut dictum est et dicetur infra in suo loco, 10 cap. » (ANTONIUS, Expositio, c. 1, q. 2, h. 29v). El recurso a los ministros para la observancia espiritual de la regla se encuentra entre los preceptos equipolentes.

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