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FIDEL DE PAMPLONA a1gún mandato se comete pecado grave, sino únicamente cuando existe el desprecio (u) . .Dentro de la dificultad que encierra la interpretación del opúsculo r~ pecto del punto que nos hemos propuesto solucionar, parece lo más ve– rosím:I que SAN BERNARDO admitía pecados graves sólo en las transgre– siones efectuadas por desprecio (12). B) SAN AELREDO Por aquel tiempo tampoco andaban de acuerdo los monjes de Irlanda. Había quienes propugnaban que en la Regla Benedictina debían distin– guirse bien dos partes: la sustancia de la profesión y lo que a ella 51!' le añadía. La esencia está formada por todo aquello sin cuya observancia no puede alguien ser tenido por monje y con lo cual aun cuando le falte• las demás cualidades, todavía se le puede dar con justicia ese nombr.e. En concreto la constituyen los tres votos que se han prometido en la profesión: estabilidad, conversión de costumbres, obediencia según la Regla. Todas las demás observancias son algo externo; la nutren y }a ayudan. Entre ella,s están el trabajo manual, las vigilias, el silencio.. Si perteneciesen a la sustancia de la profesión religiosa, no podrían dis– pensarse un momento en ninguna circunstancia ; de otro modo, desapa– reciendo la esencia, se dejaría de: ser monje ; siendo cierto que éstas pue– den ser dispensadas, según lo da! a entender el mismo Fundador, no pue– qen tenerse como sustanoiales. Hay que .tener presente, además, que sólo el voto d.e obediencia se profesa según ,la Regla Bened,idina; lo, otros dos, la estabilidad y la conversión de costumbres, se emiten in. genere sin determinac:ón a Regla alguna (13). Ante sémejantes novedades opusiéronse decididamente los conS€rva– dores. SAN AELREDO, abad de Riedval (m. 1166), nos ofrece un ejem$ plo (14). Rechaza, indignado, la argumentación de los progresistas. Estos la fundamentaban en que los elementos esenciaies no podían ser objeto d~ dispensa. Niega él tal prfooipio y afirma que la stabilit11is loci puede (t:t) crr. c. 8, n. 17 s., col. 870 s.; e, 11, n. 215, s. 28, col. 875 ss.; c. 12, n. 30, col. 877 5.; c. 13, n. 312 s., corr. 87\f s. (12) e.ir ., por ejemplo, c. 12, n. 30, ca,!. 878; c. 11, n.- 28,, col. 876. Para cono~r el pen&– m!ento. del Santo son muy Importantes ,lo,s capltulo•s 8 y 13, cols. 870 s. y 878 ss. (13') •Supone estas drscuslones .SAN AELREDO -en su Speculum Caritatis, liber III, c. 35 (IPiL UJ,5, col. 608 SS•.). (t!) En su o·bra Speculum Caritatis tiene un capitulo titulado Disp,itatio contra cuí1~dam eptstolam de monachorum Regulil et professione. Es el capítulo 315 del libro lilll (PL 195. cols. ~08-613). · -6-

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