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OBLIGATORIEDAD DE LAS REGLAS EN LOS SIC.LOS XII Y XIII ,que para aquel entonces1 existían frailes, pi-ecurso·res de los futuros Es,. pirituales, enemigos declarados d!e to~a evolución1 en ell Seno de la fra¡,. ternidad, que deseaban cumplir la Regla a la letra, sin glosa. Si no hu– biera argumentos, la citada Bula lo patentizaría sobreabundantemente. Más aún, debe admitirse que semejantes¡: religiosos, ·llevados de exce– lente buena voluntad, turbaban por aquellos años la conciencia det sus hermanos. Lo que no aparece tan claro es cómo pudieron inyectar en la Orden la opinión, unánimemenite admitida, de la obligatoriedad grave .de la Regla. Porque si de una parte existían frailes apegados más de lo conveniente a la letra de la.Regla, en el polo opuesto se encontraba fray Elías con los suyos y otros que, si no_ como ellos, deseaban suavizar la observancia, a fin de acomodar la fraternidad a las necesidades que ~ :presentaban (85). Hasta había algunos desaprensivos· que, basados en fas palabras; del Capítulo tercerd de la Regla «De omnibus cibis qui ap– ponuntuT eis liceiait mam,;d,u,care», defendían, contra las leyes eclesiásticas .existentes, que 1en tiempo de ayuno los franciscanos podían comer· car– ne, o, entendiendo mal la: frasie «Aliis autem ttm.1,iporibus nón tén.eantur nisi sexta fe1'ia ieiunarel>, además de las dos cuaresmas obligaJtorias, afir– maban que los Menores estaban exentos de ayunar en las cuatro tém– oor~s v en Oitros ayunos instituidos por la Iglesia para todos los fieles (86). Si tales religiosos hubieran dudado de la existenc:a de vierdaderos preceptos graves en la Regla, provenientes del Fu-ndador, no les hubieran faltado ocasiones para comunicarlo a los demás y sembrar cizaña entre :Sus hermanos. Pero, aun admitiendo todos los frailes tal carácter de la Regla, no se ~ponían de acuerdo en el m'imero de preceptos ni en la extensión que se les deWa conceder. Unos propugnaban que los frandscano,s estaban obligados a todos los consejos evangélicos, argumentando del prindp,io y fin de la misma! (87); otros, afirmaban que al hacer la profesiém enten;. Ja Htl>l!o-teca de ,cap,uclhlnos• d•e P,a,mp.iona-Ei.tr.arnltl'os); c. 1, n. 4, p. 5; A. EsQurvEL, ·o. F. M.: ~:i,posición chronohistórir:a _de la Regla de N. S. P. S. Franeisco. vol. _I QGhile, 18\1!0), p-p: .3,3-,38, :ii:n otra OClasión lntenta;mos voiv.er ·ma.s d;etemct.a,mente soil>.re la materia. , (8'5) De heclho, alg-unos cte!end!an y,a que los bienes muebies eran' propiedad de la Ol'lden (Cl!'.r. Gregortu,s' IX: Qua elongati [Buti. Fr. i.nc. Epitome, p. 2;3ü,a]). Las primitivas Ieyen,ctas rran– ,cJ .scil.na- s m-ue11tran r.recuentemenw ~a o,po·s-lclón de algunos lt11nistro•s y- letNi.d-0s a los W.eaJes ,del Simto. · · ·086) 01:r. QuATUOR MAGISTRI: Exp•ositio super Regulam Fratrum Minorum (.1'Z41t-,1242) (ed!~ ,món de L. Ü'LIGER, Roma.e, ,19150), ·C. 3., .p•. 1818 s. (87) "ReguJ.a et v!ia -m!IlOil'am fra,trum haec est, sctucet Domir¡i nostri Iesu Christi sat\ctum .ev,:mgettum observare..." (R•egtlla, ,c. 1, p. 6-8 1); "., .. ut ·.semp-er subdit-i... p,aupertatem et numlli-, tat~m et sanctum Evangelium Domint no.stri f.esu -Christi, quod ftrmiter promiBtmus, observe- .rn11s" (Id., c. 1!2, p. 74),, . - 21 --

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