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3. Hemoptisis, en un caso, tras una época previa de esputos hemoptóicos. El cuadro regresó con el tratamiento específi– co de la enfermedad. 4. Sintomatología cerebral, en una oca– sión, sin secuelas, lo que dificulta realmente su interpretación. Se trataba de una niña de 15 años, que había sufrido cefaleas muy intensas y un cuadro corto de obnubi– lación y pérdida de conocimiento. Cuando llegó al hospital su cuadro neurológico ha– bía desaparecido y fue tratada como un clásico cuadro de Paragonimiasis pulmonar, respondiendo plenamente al tratamiento. En la literatura sobre Paragonimiasis se han descrito casos de coincidencia con tuberculosis pulmonar. Nosotros sólo lo hemos encontrado en un caso. Hasta el momento no tenemos en nues– tra casuística ningún caso de localizaciones extrapu lmonares. La impresión general que tenemos es que la Paragonimiasis puede considerarse una enfermedad crónica de las vías respira– torias, como consecuencia de la instalación del parásito en el parénquima pulmonar. Las le~iones que origina dan una sintomato– logía discreta y no afectan al estado general del paciente. Los esputos hemoptóicos asustan al enfermo y le conducen· a la con– su Ita médica. Este cuadro crónico y benig– no, con esputos característicos en zonas en– démicas como la nuestra, sugiere de entrada la etiología de la enfermedad. Sus caracte– rísticas le diferencian netamente de cuadros como la tuberculosis pulmonar. No obstan- 11 te, con cierta frecuencia, este proceso se complica con problemas mecánicos o infec– ciones sobreañadidas y entonces la gama de imágenes el ínicas es muy variada y exige una atención esmerada para el diagnóstico diferencial. Cuando el diagnóstico se realiza y las pautas de tratamiento se establecen con acierto, los cuadros sobreañadidos re– gresan y reaparece la imagen clásica de la enfermedad, hasta que se instaura el trata– miento específico o simplemente el parási– to muere por envejecimiento. ESTUDIO RADIOLOGICO De los 22 casos, 19 fueron estudiados radiográficamente; de algunos de ellos con– servamos una serie completa de radiogra– fías que permiten seguir a nivel radiológico el curso de la enfermedad. 1. Consideramos las Pleuritis exudotivos como los cuadros radiológicos más signifi– cativos. Nosotros los hemos encontrado en 5 casos (22,72 por ciento). Su importancia sugiere una implantación relativamente su– perficial del parásito, próximo a la pleura visceral. La evolución de esta pleuritis, aún antes de que se instaure el tratamiento es~ pacífico y con la comprobación periódica de la actividad dtl parásito por el estudio seriado de esputos, aboga por la integridad de la pleura y hace pensar q_ue estos proce– sos exudativos no son específicos, sino reaccionales a complicaciones sobreañadi– das. 2. Hemos encontrado en 4 casos imáge– nes hiliores, no coincidentes, de difícil in-

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