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sunt mysterüs nostris initiati, assidue succinunt, dicentes:. 'Oculi omhium in Te sperant, Domine, et Tu das illis cibum eorum in teri:ipore opportúno\ Qúi enirn filius factus est, et mensa .51,pirituali fruitur, digna Patrem gloria affecerit... (Tu) factus es filius, et mensa spirituali frueris, comedens carnem, et sanguinem eius, qui te ·regeneravit. Refer itaque gratiam pro tanto beneficio... , et dk:<'Exaltabo te, Deus meus, Rex.. .'" (P. -G., 55, 464). · El salmo 144 se consideraba pues como salmo eµ'carístico, precisamente por · esos dos versí-;:ulos .15-16, que formari el Gradual d.e la Misa. Creemos que el fundamento de esa aplicación estriba en fa;analogía entre el .orden natural y el so– brenatural. La Providencia divina, qu~ tan paternalmente cuida de todas sus criá– turas, proveyéndolas del alimento material necesario a la conservación de sti vida natural, es ,una imagen de la Providencia más excel~nte en el orden sobrenatural, con la que Dios provee al nacimiento, crecimiento, perfección y consumación de la vida divina en las alm~s con la grada, que es una participación de la natiiraleza divina (2 Pe. I, 4), y, 1o que es más, con el Autor mismo de· la gracia, convertido en Pan supersustancial,, en alimento místico del alma. En la adaptación del paso del salmo a la Liturgia eucarística, hay implícito un argumento a 111inori ad maius, autorizado por el ejemplo del mismo Jesús; que, al reprobar la nimia solicitud por las cosas materiales, como contraria a la confianza en el Padre celestial, decía: "Si Dios cuida delas plantas y deJos animales, a los que viste y alimentácon lar– gue:z;a; ¿ cuánto más cuidará de vosotros, quesois sus hijo,s ?" (Mt. 6, 25-34; . ·Le. 12, 22-¡31}. Y en otra ocasión,. y mása nuestro propósito les decía: "Si los padres terrenos, aun siendo malos, hacen buenas dádivas a sus hijos; ¿ cuánto más vuestro Padre celestial dará..Espíritu bueno (Santo) a los que le piden?" (Le. II, II-13). . . En el salmo es Jahvé, quien, movido por los ojos suplicantes d,e sus criatu– ras, abre su mano, y .les da el aliménto, También el Pan eucarístico es don del Padré. Como tal 1o presenta Jesús, cuando dice a losjudíos: "No es Moisés quien os dió el pan del cielo : es mi Pa:dre quien os da el pan del cielo, el verdadero. Pues el pan de Dios es el que baja deLcielo, y da vjda al mundo" (Jo. 6 1 32 s.). Y declarando luego quiép es en concreto ese pan, dice: ".Yo soy el pan vivo, bajado del cielo" (íbid., v. 5()" Todo el que conoce por la fe la excelencia de ese pan, y siente su necesidad, suspira por él; y con las palabras de los judíos, pero anima- . das de otro espíritu, suplica: '''Señor, danos siempre ese Pan" ltbid.,y. 34). Las palabras, pues, de esos nos versículos del salmo 144, que forman el Gradual de la Misa, presentan. un:i aptitud a la aplicación eucarística, fundada en la analogía entre. el orden· nat~ral y ~lsobrenatural. ¡ Qué bello es ese gesto de las criaturas, y . en especial del hombre, de abrir !'¡US ojos, por los que se asoma el alma, expresando .su deseo, su petición, su esperanza de recibir de Dios, Creador y Conservador, el alimento nec:::esario a la vida: y ese otro gesto correlativo con el que Dios responde, abriendo su mano, y dejando· escapar sus tesoros de ];)endiciones sobre los que es– peran en ·Él! Así el alma, sedienta de Dios le pide· el alimento que vigorice su vida espirii:ual, y la tr;insforme en ÉL Y en el verso. alleluiático que sigue, recibe la respuesta consoladora de Jesús, que le indica cuál es, y dónde se encuentra ese alimen~o por el que ella suspira: "Mi carne es verdaderamente comida, y mi san– gre es verdaderamente bebida : el que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en Mí, y Yo en él" (Jo, 6, 56 s.). Esta áproximación litúrgica del texto evangélico al del salmó, es la mejor. confirmación de.lo que hemos dicho sobre la aptitud de, , éste a la aplicación eucarística, fundada en las ana1ogías entre el orden natUral y el sobrenatural. · · * * * 362 [12]

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