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NUEVA AUTOBIOGRAFÍA DEL p. GUILLERMO DE UGAR, CAPUCHINO Me embarqué en el puerto de La Guaira, y tras una travesía feliz de más de 40 días, llegué a Burdeos con buena salud, gracias a Dios 19 • De Burdeos pasé al convento de Marsella, pero el clima me sentó muy mal. Me dirigí a Toulouse, donde la salud mejoró notablemente, pero el Comisario de esta ciudad me ,ordenó quitarme el hábito. Al verme en medio del mundo sin convento y despojado del hábito, me volví a América. Em– barcándome en Burdeos, llegué al puerto de La Guaira en no sé cuantos días. Sin detenerme apenas en esta ciudad, me encaminé a Caracas, donde encontré a algunos de mis hermanos, pero no a todos los que yo había dejado a mi partida; la muerte había hecho sus víctimas. Poco después de mi llegada, me dirigí a mi primera misión de San Francisco de Tiznados. Más tarde, me asaltó la misma enfermedad, pero más violentamente que la vez primera. Me retiré a Caracas y el señor Arzobispo me colocó en su seminario, con los títulos de vice-rector y director espiritual. Viéndome invadido por tan triste enfermedad y habiendo perdido al R. P. Superior, me ví obligado a abandonar por segunda vez y para siempre a Venezuela, después de haber permanecido en ella. ocho años. Me embar– qué en La .Guaira y llegué a Burdeos después de haber sufrido tres espan~ tosas tempestades en séis días. VI. EN EUROPA . De Burdeos partí para España, esperando encontrar en ella a mi anti– guo P. Provincial. Vestí el traje civil, y sólo estuve catorce o quince días, volviendo nuevamente a Francia. Meses más tarde, me dirigí al convento de Brujas (1851 ). El Guardián se llamaba P. Serafín de Brujas; el custodio provincial M. R. P. Bernardino de Uden. Más tarde me enteré en el convento de Enghien que un Padre es– pañol de mi antigua provincia, había obtenido un rescripto del Soberano Pontífice y el consentimiento de nuestro Rmo. P. General para fundar un convento cerca de la frontera española, pero se hallaba sin personal. Este . custodio provincial, al volver del capítulo general celebrado en Roma ( 1853) me comunicó que el P. General le había concedido autorización, si yo lo deseaba, para adherirme a la nueva fundación. Acepté su invitación y su autorización y abandoné Bélgica. En un lugarejo francés, cerca de Bayona, encontré únicamente al Padre fundador y a un antiguo hermano lego, instalados en una casita alquilada al 19 La travesía dur6 52 días, llegando a Burdeos el 29 de julio de 1845. [13) 623

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