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LA CONSAGUINIDAD EN GUIPUZCOA Y SU CAPITAL De 1918 a 1966 67 daba el 47; Alegría y Alquiza el 60; Alzo el 52; Anoeta el 47; Belaunza, el 23; Berastegui, el 55; Berrobi, el 49; Cizurquil, el 60; Elduayen, el 25; Hernialde, el 53; Irura, el 50; Larraul, el 30; Leaburu, el 59; Oreja, el 58; Bedayo, el 58. Este pueblo es el más notable, pues habiendo tenido una cuota muy gran– de, sólo inscribió cinco dispensas en el tramo final. Amez– queta tiene 20 en la primera fase (18-35) y 10 en la última (49-66); Cizurquil tiene el mismo número en ambos lapsos; !barra, alguno más, en el terminal; Orendain reduce de 10 a 3; Tolosa, con fuerte hábito de matrimoniar los parientes, rebaja de 32 a 6; y finalmente Villabona reduce su cuota a un tercio. La media absoluta y por grados esta por encima de la pro– vincial, excepto en el 6.º. En el septenio precedente la densi– dad fue ligeramente inferior al primero aquí analizado. EIBAR Este arciprestazgo se extiende a lo largo del rio Deva, has– ta el mar, en el límite de Vizcaya, abierto en ocasiones, com– primido y tortuoso a veces. Las feligresías aquí implicadas son las de Aguinaga de Eibar, Alzola, Astigarribia, Azpilgoe– ta de Mendaro, Eibar, Elgoibar, Garagarza de Mendaro, Mo– trico-Mutriku, Placencia-Soraluce. Los tres primeramente enunciados son poco populoso y la expansión apenas se hizo notar en los años del estudio. Por el contrario, Eibar creció desmesuradamente, como se deja adivinar por el número de matrimonios del período final que triplican casi al inicial; más de la mitad de matrimonios se celebraron en los tres se– xenios finales. Los matrimonios celebrados son 11.132, 658 en santuarios; los emparentados fueron 208, repartidos entre los cuatro gra– dos a 7, 99, 17 y 85 respectivamente. Considerando un cente– nar de estos enlaces, corresponden a los cuatro susodichos grados, 3, 47, 8 y 41 aproximadamente. La preponderancia de los P.H. respecto de los P.S. es poco notoria la frecuencia en tantos por ciento alcanza 1.86% la global, y 0.06% de T.S., 0.88% de P.H., 0.15%, de t.s. y 0.76% de P.S. En cinco de las poblaciones, Alzola, Eibar, Elgoibar, Garagarza y Placencia rebasan los P.H. a los otros grados; en tres, Astigarribia, Az- POBLACION M.C. T.S. P.H. t.s. P.S. T.M. AGUINAGA-E 7 1 3 3 99 ALZOLA 5 3 1 1 89 ASTIGARRIBIA 1 1 48 AZPILGOETA-M 4 1 3 198 EIBAR 67 5 32 7 23 6650 ELGOIBAR 38 1 20 4 13 1716 GARAGARZA-M 27 14 1 11 253 MOTRICO 35 10 2 23 1130 PLACENCIA 25 16 2 7 949 Total 208 7 99 17 85 11132 pilgoeta y Motrico lo hacen los P.S. Las bodas de 3.º son po– co frecuentes, como en casi todos los distritos, y los de t.s. no representan una considerable aportación. La frecuencia abso– luta es la mas baja de toda la Provincia. Solo tres centros la tienen alta, Alzola (5.61%), Aguinaga (7.07%) y Garagarza (10.67%); la de Motrico es un poco sorprendente por su ubi– cación y dimensión. En el resultado final pesa mucho, evi– dentemente, Eibar, tanto por su baja frecuencia como por su alta cuota de bodas; sin Eibar, la frecuencia raya en el doble del valor. Tabla XVlll. El cambio de pauta endogámica se muestra en la tabla per– tinente El declive no es tan agudo porque se parte de cifras poco elevadas. La reducción es poco prominente en los expe– dientes, la menos acentuada de todas las comarcas. En los úl– timos años (49-66) el número de consanguíneos equivale a dos tercios de la primera (18-35); resta sólo un tercio, es área muy conservadora cuyo comportamiento la desmarca de otros distritos. Caso omiso de los T.S., por su exigua presencia, es destacable el hecho de que los t.s., poco numerosos e irregu– larmente dispersos, aumentan al final; los P.S. apenas amino– ran en dos unidades, y los P.H. se reducen a menos de la mi– tad. La declinación se debe casi exclusivamente al menosca– bo de los P.H.; el modelo se invierte de forma que predomi– nan los P.S., hecho que repercute en el coeficiente global de consanguinidad. En la primera parte, aunque no proliferan los números altos, se encuentran porcentajes superiores al 4%, al menos en seis ocasiones, y en otras dos, por encima de 3%; y, por otra parte, son diez los años en que no se alcanza ese nú– mero y ni siquiera el 2%, único distrito en que se mantienen estos niveles. En los últimos 18 años, sólo en uno se supera el 2%; en la mitad no se alcanza ni el 1%. Tabla XIX. Aguinaga inscribio dos al final (1958); Alzola uno desde 1943; Astigarribia apunto su única boda entre parientes en 1961; Azpilgoeta anotó sus cuatro casos para 1944; Eibar su– bió de 24 a 31, pero al menos la mitad de estas dipensas se adjudican a la inmigración; Eibar queda en la mitad aproxi– madamente; Garagarza, de intensa tradición, inscribe sólo siete indultos desde el 49; Motrico, la mitad de la primera parte; Placencia, un tercio. La influencia de las poblaciones menores es poco prominente. La negativa de Eibar, la suple Abs. T.S. P.H. t.s. P.S. 7.0707 1.0101 3.0303 3.0303 5.6180 3.3708 1.1236 1.1236 2.0833 2.0833 2,0202 o.soso 1.5152 1 .0075 0.0752 0.4812 0. 1053 0.3459 2.2145 0.0583 1.1655 0.2331 0.7576 10.6720 5,5336 0,3953 4.3478 3,0973 0,8850 0,1770 2.0354 2,6344 1,6860 0,2107 0,7376 1.8685 0.0629 0.8893 0.1527 0,7636 Tabla XVIII. Arciprestazgo de Eibar. Suma total y frecuencia absoluta y por grados de matrimonios consanguíneos
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