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LA CONSAGUINIDAD EN GUIPUZCOA Y SU CAPITAL De 1918 a 1966 63 ba y Urola, limita al sur con Alava y al oeste con Vizcaya, y es tangente a otros cinco distritos eclesiásticos. Comprende los siguientes poblados: Anguiozar, Antzuola, Araoz, Elgeta, Elosua, Legazpi(a), Oñati, (Urrejola), Vergara (con S. Pru– dencia y Santos Martires), Villarreal de Urrechua-Urretxu, y Zumarraga. Salvo Elosua y Araoz, las feligresías son de tipo medio; Anzuola y Elgueta se movieron poco; Legazpia y Vi– llarreal experimentaron un acelerado crecimiento; Oñate, Vergara y Zumarraga apresuraron en los últimos años. Las condiciones geográficas de montuosidad y angostura, como de comunicabilidad, varían con las diversas localidades. Los matrimonios anotados son 9.032, de ellos 726 en san– tuarios. Los verificados entre novios emparentados se elevan a 255, 5 de T.S., 119 de P.H., 35 de t.s. y 96 de P.S.; en cien de estas bodas los cuatro grados participaron con 2, 46, 14 y 37 aproximadamente. Como en la mayoría de las parcelas, los P.H. dominan, aunque la diferencia respecto de los P.S. no es muy considerable. La frecuencia absoluta es 2.82%, segrega– da en 0.05%, 1.31%, 0.38% y 1.06% respectivamente. En es– ta comarca, junto con la de Azpeitia, tienen la mínima impor– tancia los de 3.º. Todas las localidades coinciden en la supe– rioridad numérica de los P.H., salvo Anzuola y Araoz en las que corresponde a los P.S. Por lo que se refiere a las frecuen– cias, llama la atención Oñate por su 3,40%, poco congruente con su dimensión y su vida social. De las otras cuatro villas mayores, Legazpia (1.50%) y ZUMARRAGA (1.61%) están muy por debajo de la media total, Vergara (2.34%) y Villarre– al (2.07%) no se distancian tanto. Las más diminutas, Araoz (10.56%) y Elosua (9.89%) sobresalen fuertemente; Elgueta (4.84%) y Anguiozar (4.76%) también, notablemente, y An– zuola (3.58%) ayuda a elevar la cuota. Separando el grupo en dos lotes, los cinco primeros listados en uno, y los otros cinco en otro, dan una frecuencia de 5,29% aquellos y 2.41 % estos. No es de mucho peso el influjo del primer grupo sobre el to– tal, porque la relación de bodas es de 7 a 1 aproximadamente Tabla XI. Aunque no se contempla fecha alguna sin su expediente, se aprecia cierto descenso, no muy decidido, aun antes de la guerra civil; en el inmediato postbélico, la exaltación nupcial de recuperación afecta también a los novios emparentados; en los dos septenios que finalizan el estudio, las bodas anuales casi se multiplican por 3 respecto del comienzo. En cifras ab– solutas, este cambio se manifiesta en las 62 bodas consanguí– neas del último período frente a las 134 del primero; si a esto añadimos que casi una veintena de las finales son agregados, la evolución queda más netamente dibujada. Aparte los T.S. con un solo caso, el decremento se produce en todos los gra– dos, pero con mayor intensidad en los P.H. cuyo número se acorta a un tercio. Se mantienen las altas cotas, con oscilacio– nes, hasta el año 1933; en cambio de 1949 al 66, sólo cuatro fechas sobrepasan el 2%, seis no alcanzan el 1%, y ocho no llegan al 2%; valórese la parte que corresponde en esta mino– ración al medro de las bodas. Tabla XV. Anguiozar cooperó al cambio apuntando sólo 4 desde el 49; Anzuola, 4 desde el 45; Araoz, que firmó 10 en los co– mienzos, sólo 2 desde el 44; Elgueta, similarmente 11 y 4; Elosua 2 desde el 45, Legazpia distribuye más o menos uni– formemente sus procesos; Oñate vira espectacularmente: muy aferrado a matrimoniar parientes, 46 en la primera parte, se desprende casi del todo, con sólo 11 en la final; Vergara sigue una senda parecida, se queda en menos de la mitad, aun con– tando los agregados; Villarreal los dispersa en todo el ámbito del estudio; Zumarraga no modifica mucho su poco afincado hábito. Al comparar el distrito con la Provincia, se ve que sobrepa– sa el valor medio global en sólo unas centésimas, salva siem– pre la diferencia considerable entre unas y otras localidades del área; el 5.º y el 6.º son los responsables de esas centési– mas. La costumbre venía ya arraigada como lo revelan los 51 expedientes solicitados en los años de 1911 a 1917. TOLOSA Este arciprestazgo, extenso en territorio y con numerosos asentamientos, abarca una amplia zona del valle del Oria y sus tributarios Araxes y Celat. Lo recorre, suroeste a nordes– te, la vía de comunicación mas socorrida de la Provincia, a la que confluyen otras dos, a la altura de Tolosa, paralelas a los citados afluentes. Comprende los siguientes núcleos: Albiz– tur, Aldaba, Alegría-Alegia, Alkiza, Altzo, Amezketa, Balia– rrain, Berastegi, Berrobi, (Z)Cizurkil, Elduayen Elduain, Her– nialde, lbarra, Ikaztegieta, Irura, Larraul, Leaburu, Lizartza, Orexa, Orendain, Soravilla, Tolosa, Ugarte y Billabona. Co– mo en otros distritos, también en este hemos respetado la en– tidad que la guía eclesiástica otorga a algunos barrios. Gazte– lu debería figurar en este rol, pero nos ha sido imposible veri– ficar los datos. La expansión poblacional se ha traducido de muy variadas formas en esta comarca: algunos lugares como Albiztur, Al– quiza, Alzo, Baliarrain, Larraul, Oreja y Orendain, no aumen– taron, o, incluso, disminuyeron; otros, Amezketa, Asteasu, Elduayen, Hemialde o Leaburu, avanzan lentamente; y pocos pujan con fuerza, como Andoain y Tolosa. Esta observación se aplica al lapso de tiempo de este trabajo, de 1918 a 1966; posteriormente se han modificado las situaciones. El número de matrimonios de cada lugar responde al tamaño relativo; to– davía en los años finales había 16 pueblos cuya población os– cilaba alrededor de los 400 habitantes. Como en los otros, también en este distrito se acostumbra– ba a solemnizar las bodas en santuarios: unas 1054, de las 10387 registradas lo fueron. El número de las consanguíneas ascendió a 326, asignadas a los cuatro grados: 22 a T.S., 172 a P.H., 34 a t.s. y 98 a P.S., siendo, por tanto, Íás de P.H. más de la mitad. Por cien matrimonios de emparentados, 7 lo eran de 3.º, casi 53 de 4. 0 , poco mas de 10 de 5. 0 y 30 de 6.º. Ad– quieren bastante peso los T.S., disminuyendo, en relación a otros distritos, los t.s., notas ambas un poco características. Caso omiso de Ugarte, cuya cota es O, la mayoría de las pa– rroquias coincide con el tipo general "A"; Alegría, Amézketa e Ikaztegieta son del opuesto, anotando mas P.S. que P.H.; y Baliarrain, Belaunza, Berastegui Hernialde, Larraul y Leabu– ru emparejan ambos grados. La frecuencia absoluta (3.13%) es un poco alta, pero no sorprenderá teniendo presente lo ad– vertido previamente sobre la dispersión de vecindarios; las re– lativas son 0.21% de T.S., 1.65% de P.H., 0.32% de t.s. y
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