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246 C. ZUDAIRE quiera de sus aspectos es abordado con la intención de encontrar una medida cuantita– tiva objetiva; esto es lo que se pretende al profundizar en el concepto genético de con– sanguinidad basándose en la teoría probablís– tica de la transmisión de los factores heredi– tarios; diversos autores han desarrollado y uti– lizado estas ideas (Bernstein, Haldane, Koma– tu, Kimura, Huron y Ruffié) que nos servirán para aplicarlas en estos comentarios2, si– guiendo a Serra. Los consanguíneos son tales por tener al– gún antepasado común, y esto hace probable que posean genes idénticos, es decir, réplicas de los genes del antepasado común, con lo cual la relación genética es mucho más íntima que entre individuos no relacionados a través de los antepasados. Los matrimonios entre consanguíneos, al verificarse entre individuos con mayor bagaje de genes idénticos tienden, en general, a producir descendencia con ma– yor homocigosis que los matrimonios panmíc– ticos. Cuanto más íntima sea la relación, ma– yor probabilidad habrá de homocigosis en la descendencia, o, mirando el reverso, a medida que se alejen de los antepasados comunes en sucesivas generaciones, menor número de ge– nes idénticos procedentes de ellos poseerán. Según esto, el coeficiente de parentesco de dos personas se entiende como la probabili– dad de que dos loci equivalentes, uno en una persona y otro en otra, tengan genes idénti– cos. V coeficiente de consanguinidad, la pro– babilidad de que dos loci de dos cromosomas homólogos de una persona tengan genes idén– ticos, derivados de un alelo que estaba pre– sente en el antepasado; esto quiere decir que los ha recibido de los dos progenitores 3 • (Este coeficiente en la edición española de los Prin– cipios de Genética Humana, de Stern, se le denomina «coeficiente de entrecruzamiento»; más bien debería ser de «intracruzamiento», ya que el otro término se ha convenido en utilizarlo con un significado específico, distin– to de éste.) Según la definición dada, para 2 A. Serra, La consanguineita e i suoi Effetti nelle Po– pofazioni Umane. Luigi Gedda De Genstica Medica. lstituto Gregario Mendel, pp. 119-149. 3 Curt Stern, Principios de Genética Humana. Edit. «El Ateneo», Barcelona, 1970, cap. 19, p. 443. calcular el coeficiente de parentesco nay que hallar la probabilidad de que dos individuos tengan, en un locus de un cromosoma cual– quiera, un gene que existió en el antepasado común 4. La probabilidad de que el abuelo (1, 3) (fig. 1) transmita un locus a su descendiente (11, 2) es 1/2; asimismo, la probabilidad de que éste (11, 2) transmita dicho locus al (111, 1) es 1/2, y así sucesivamente; la probabilidad de que el abuelo (1, 3) transmita un locus al (11, 3) será también 1/2, y nuevamente 1/2 la probabili– dad de que éste la transmita a su sucesor; la probabilidad de que el nieto (111. 1) haya re– cibido un locus del abuelo será (1/2) 2 , y la misma será la probabilidad (1/2) 2 de que lo haya recibido el nieto (111, 2) y la probabilidad de que ambos lo hayan recibido será (1/2)2+ 2 • :t1 ~I~ ◊T~ vi-1 o I Q ◊ ~ Fig. 1. Esquema de probabilidades de transmisión de un gene a la descendencia. V en general, la probabilidad de que un des– cendiente de grado kaésimo reciba un gen proveniente de un antepasado será (1/2)'. La probabilidad de que el locus recibido sea el «a» es 1/4, y lo mismo la probabilidad de que sea el «A». Por tanto, la probabilidad de que 4 Nos referimos en todo el párrafo a los cromosomas autosómicos. Wright modifica un poco la fórmula para poder aplicarla al estudio de problemas relacio– nados con los cromosomas heterosómicos.
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