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MUNIBE Sociedad de Ciencias ARANZADI San Sebastián Afio 33 - Número 3-4 - 1981. Páginas 245-254 Recibido 20-IX-80 Coeficiente de consanguinidad en zonas de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya Al estudio de la consanguinidad, frecuencia de matrimonios entre individuos emparenta– dos, puede acercarse el investigador desde objetivos y fines diversos; dos son claramente diferenciables, ambos interesantes y basados en los mismos datos: el aspecto sociológico, costumbre o tradición endogámica ofrece un singular interés y su estudio comparativo en las diversas sociedades o núcleos de pobla– ción completa la visión etnológica del grupo. El aspecto genético de este estudio es la base que explica la evolución diferenciada de cier– tos hechos demográficos como la mortalidad infantil o la densidad variable de ciertas en– fermedades que se hacen patentes como cau– sadas por genes homocigóticos recesivos. En este artículo abordamos la comparación de la cota de consanguinidad a lo largo de 49 años, en diversas zonas de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, introduciendo un nuevo concepto. En los estudios publicados con anterioridad 1 hemos ofrecido minuciosamente anotados los datos utilizados para la confección de las di– versas tablas; a ellos remitimos al lector que desee revisar con detalle las frecuencias de 1 Claudio Zudaire, Modelos de Endogamia en Guipúz– coa, Munibe, año 30, n.º 4, pp. 189-200; CI. Zudaire, Tipos de Endogamia en Alava, Boletín «Sancho el Sabio», año XXIII, tomo XXIII, 1979, pp. 237.666; CI. Zu– daire, Modelos de Endogamia en Vizcaya, Cuadernos de Antropología. C. ZUDAIRE los matrimonios entre consan~Juíneos, verifi– cados en todas y cada una de las poblaciones citadas más abajo, por grados de parentesco, años y poblaciones, de 1918 a 1966, ambos inclusive. Ahora bien, la comparación que puede es– tablecerse utilizando dichos datos se basa en los porcentajes de matrimonios consanguí– neos habidos en las diversas poblaciones y su evolución a lo largo de los años, pero no es suficiente para tener una idea exacta de la tendencia a la homocigosis eñ la población y, por tanto, de los riesgos que comporta la consanguinidad. Intuitivamente se percibe que el hijo de primos hermanos tiene mayor pro– babilidad de tener genes en estado homoci– gótico, provenientes de los antepasados co– munes de sus padres, que el hijo de primos segundos. COEFICIENTES DE PARENTESCO Y CONSANGUINIDAD Introducimos en estas páginas algunos con– ceptos nuevos que no utilizamos en las publi– caciones citadas, que sirven de medida obje– tiva de la consanguinidad mucho más clara y terminante que la mera frecuencia. Desde que la formulación de la Ley de equi– librio de Hardy-Weinberg iluminó la genética de poblaciones (1908). todo estudio de cual-

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