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MUNIBE Sociedad de Ciencias ARANZADI San Sebastián Año 30 · Número 4 1978 · Páginas 189-200 189 Modelos de endogamia en Guipúzcoa Indudablemente el estudio de la genética de poblaciones queda mejor comprendido cuando puede añadirse el estudio de la endo– gamia, su intensidad y variación a lo largo de una serie de años. Como todo fenómeno populacional, éste está sujeto a variaciones a medida que las poblaciones implicadas se cierran sobre sí mismas o se abren a la co– municación con poblaciones inmediatas o re– motas. Una investigación total sobre endoga– mia no puede considerarse completa con la presentación estadística de datos, pero este es un paso necesario y previo para poder comparar las frecuencias génicas de las po– blaciones en ·donde se manifiesta endoga– mia con las frecuencias de las poblaciones panmícticas y ver la importancia real que la endogamia tiene en el alelotipo de la po– blación. Mientras seguimos trabajando en el es– tudio completo de las cuatro provincias vasco-navarras, queremos ofrecer algunos modelos endogámicos en las diversas pro– vincias, la evolución de la consanguinidad a lo largo de los cuarenta y nueve años que van desde el año 1918 al 1966, ambos in– clusive. Hemos elegido para este primer estudio zonas que por razones endogámicas nos pa– recen representativas, sin que ello signifi– que adelantar conclusiones generales; am– bas zonas estudiadas ocupan posiciones ex– tremas en Guipúzcoa, aunque tal vez no coincidan siempre con las cotas más altas o más bajas de consaguinidad de toda la pro– vincia. La primera zona comprende las po– blaciones que se hallan comprendidas en el triángulo geográfico limitado por dos carre- CLAUDIO ZUDAIRE teras que confluyen en el vértice de Tolosa, si– guiendo el curso de dos valles próximos y relativamente incomunicados con el resto; toda esta zona la denominaremos zona de Aralar. El área de contraste en nuestro es– tudio la forman las poblaciones de la costa, que si bien no forman una unidad geográfri– ca, presentan caracteres comunes en cuan– to ambiente y medios de vida que permiten agruparlos para este estudio. El medio social y, sobre todo, la facilidad de comunicaciones, han condicionado la evo– lución de la endogamia en estos pueblos y su relativa densidad. Un análisis somero al mapa y a las tablas que presentamos hace patente la veracidad de esta afirmación. Pue– blos comprendidos en áreas geográficamente bastante próximas manifiestan una frecuen– cia endogámica francamente dispar. Esta dis– paridad tiende a desaparecer a medida que la endogamia disminuye. La base para este estudio la constituyen los datos de matrimonios verificados entre consanguíneos y el total de matrimonios ve– rificados en los mismos lugares y fechas; en este estudio utilizamos los datos recogi– dos desde el año 1918 al año 1966. Entre las fuentes de que nos hemos servido, cita– rnos los registros de la Agencia de preces, registros de dispensas, legajos de expedien– tes, notificaciones oficiales de la vida pa– rroquial, y las Actas de matrimonios de las parroquias. A veces hemos recurrido a la estadística oficial para verificación de cier– tos datos. La arraigada costumbre de cele– brar matrimonios en los santuarios de la zo– na, nos ha obligado a realizar el minucioso trabajo de extractar de las actas correspon-
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