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CLAUDIO ZUDAIRE gos avalan esta cifra. Idoate (1960) admite la existencia de 230 vecinos y mo– radores para el mismo período. Floristán Imizcoz (1982, 234) asigna, según el censo de octubre-diciembre de 1553, una población de 210 vecinos y 54 habi– tantes, 264 en totál. Aplicando el índice 5, tendríamos un censo de 1320 habi– tantes. Francisco Miranda Rubio (1980, 115) da la cifra de 2035 habitantes para el año 1787 y nueve años más tarde, 1745, acusada disminución paralela a la observada en Navarra, que comentan Angel García Sanz y M.A. Crucha– ga (1983) "El lento, pero progresivo crecimiento de la población navarra du– rante el siglo XVIII se vio bruscamente cortado a finales de la centuria por una crisis de mortalidad que hizo retroceder la población a unas cotas inferio– res a las registradas en el censo de 1786". Completando esta observación con las apuntadas por A. Floristán concluimos que a finales del XVI se frena el crecimiento hasta casi mediado el XVII, momento en que se reemprende otra expansión poblacional hasta la crisis de fines del XVIII. Las citas precedentes nos dan pie para intentar una nueva aproximación a la realidad de Lesaca sustentándola en nuevos datos. En el siglo XVI encontramos el primero y temprano registro realizado en la villa en 1569. En el Libro Primero de Bautizados dice "Registro de Perso– nas que se hallan en edad de confesar y recibir el smo. Sacramento en la iglesia parroquial de la villa de Lesaca en este año de 1569 años", que comienza pr la casa de Lurriztia. No llegan a 110 las casas nominadas, y apenas superan las 120 las familias detalladas. A estas habría que añadir los caseríos o bordas pues sólo vemos una cita, y este rol de casas comprendería tan sólo el núcleo de la población. No hay huella de omisiones o pérdidas posteriores de hojas. Dos siglos más tarde se enumeran 90 caseríos y los existentes en la época de este registro no serían probablemente más; el total de casas quedaría fijado alrededor de 200. Seguramente no se incluyen las casas de los barrios de Za– lain y Alzayaga. Las matrículas de la feligresía, posteriores, son minuciosas en sus especifi– caciones indicando además el nombre de la casa y las familias que viven, nom– bre de cada morador y su cualidad de adulto o párvulo. No es infrecuente la convivencia de dos familias e incluso tres en la misma casa. De acuerdo con estas relaciones detalladas, entre 1799 y 1805 los habitantes pasan de 1.704 a 1.824, incrementando de forma continua hasta alcanzar las 2.051 almas para mediados de siglo. El número de familias fluctúa en torno a las 400, alcanzan– do un máximo de 432 que cobijan 2.131 personas, techo logrado en 1852. La matrícula de 1798 termina: "Casas del cuerpo d ela villa = 192 según el gua– rismo de las 7 partidas que van anotadas atrás, se añaden 4 laderas = 196. Si– guen los caseríos por orden. Resumen final: caseríos, 96; villa, 198; total 294." Este número se aproxima mucho al que encontramos en el XIX. En 1862 se advierte que "además existen 234 almas en 43 familias en el barrio de Zalain y Alzayaga que por costumbre se administran por el párroco de la villa de Vera". El estudio de los libros parroquiales nos permitirá afinar un poco más las conclusiones respecto del período, objeto de este trabajo. Los nacimientos, matrimonios y defunciones reflejan el movimiento de la población y su regis- 410 [2]

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