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DE ORGANISTAS Y ORGANEROS EN NAVARRA EN EL SIGLO XVII competidores aunq. en otras no tan necesarias le excedan ... ». 11 Recibida esta petición por el Vicario «se ha mandado se examine en la gramatica por los examinadores y en tecla por el organista ciego de la sede y en el canto por el maestro desta capilla del coro». El testimonio del examinador, organista ciego, se da por medio de su criado que lo escribe en una exigua esquela. «Oy martes a xx de hebrero del presente año de mil quinientos y sesenta y cinco me bino una comision de V. M. y a que examinase en tecla a don Pedro Bruna clerigo, y yo lo examine y le he hallado suficiente y a lo que se pide y a servir una yglesia muy bastantemente por Io qual dixe a mi criado Mig Andia hiziese esta pnte. en mi nombre y firmada de su misma mano. Por mandato del señor Miguel Frues. Firme yo Mgl Andia». 12 A su vez el maestro de capilla tes– tifica: «Por mandato del señor vicario general esamine a don Pedro Bruna en canto llano y canto de organo al qual alle muy idoneo y suficiente para servir qualquiera yglsia de nauarra, en testimonio de lo qual di esta, fir– mada de mi nombre a xx de hebrero de 1565. Fortunio !bañes». Como también obtuvo certificación positiva en gramática y lectura, reunía los requisitos para entrar a la posesión del medio beneficio y del cargo de' organista. No protestaron los demás por ello, en cambio Pedro Baygord y Miguel Ximenez lo hicieron contra el nombramiento de López para el bene– ficio «por no ser capaz para lo obtener y ser incapaz y que lo tomaban a agrabio y que protestaban y protestaron lo que en tal caso podían y debían protestar y de lo pidir y demandar antequien ycomo mejor pudiesen y de– biesen ... ». Martín de Azedo (1578) No es la villa de Los Arcos la única cuya morosidad en pagar el sueldo al organista nos ayude a conocerlo; 13 Martín de Azedo fue organista de Los Arcos donde además hizo algún trabajo de organero. La villa le adeuda– ba cierta cantidad que no llegó a cobrar antes de su muerte. Su hermano Juan de Azedo, beneficiado de San Pedro de la Rua de Estella, reclama el cobro directamente y mediante su procurador, Martín de Verrio. A Martín de Azedo le había dado cuatro mil ochocientos maravedís para que adquiriese badanas para los fuelles del órgano y otros aditamentos; y en el libro de visitas de la parroquia había una provisión del vicario y visitador que ordenaba no entregar más dinero hasta tanto que Acedo diera [5] 11 Ibídem, fol. 4. 12 Ibídem. 13 ADP C/ 20, núm. 20.

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