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DE ORGANISTAS Y ORGANEROS EN NAVARRA EN EL SIGLO XVII daban 50 ducados de deuda, que la villa se comprometió a pagar en moneda al año siguiente al último arrendamiento de las primicias. A su vez Olite se obliga a cumplir con ciertas obligaciones que tiene la iglesia: pagar 12 du– cados al sacristán, cuarenta robos de trigo en especie al organista, dos duca– dos para las misas del Espíritu Santo y doce cántaros de vino al tiempo de la muda. Le dieron el órgano viejo, por quitarse un pegote; según el abad Antonio de Urabain «el órgano biexo de dha Yglesia en distintos tiempos se a reconocido por maestros de la facultad quienes han querido componer y adre~ar, lo an dexado piar en que se an gastado muchos dineros, y es tan biexo y tan malo que no se puede seruir en la dha Yglesia, ni a habido per– sona que por adquirirlo ofrezca cosa alguna aunque se quisiera hender». 94 Entre tanto llegó a noticia de Félix de Yoldi, que Olite había comen– zado a trabajar de acuerdo con el contrato, y presentó querella ante el tribu– nal eclesiástico: «lo uno porque aquella (escritura) se a echo sin permiso de vmd, y lo otro por no hauerse puesto a remate dha obra, no hauer llamado a los maestros por carteles, siendo precisa obligacion», proponiendo bajar el precio, si se hubiera hecho «a remate de candela» él «bajara el precio, como en qualquier caso baja dicha obra en cinquenta ducados, que viene a quedar dicha fabrica del organo en Trecientos y cinquenta ducados». 95 Se mandó detener la obra y tasar todo el trabajo realizado hasta enton– ces por Olite, y subastar la obra, previa comunicación mediante carteles en diversos lugares. El abad tuvo que hacer el informe sobre el estado de cuentas, demos– trando que no tenía deudas; y como parece que no estaba muy satisfecho con el giro que tomaban los acontecimientos insistía en que el precio estipulado con Olite era una ganga: «pues me consta aora seis años, un organo que se baxo para la Yglesia de Dicastillo del mismo genero y calidad que el que se pretende hacer, costo settecientos ducados».% Hay que suponer que el abad no era demasiado perito en materia de órganos, pues no es imaginable seme– jante diferencia en dos instrumentos iguales hechos para pueblos próximos. En este punto del litigio intervino Joanes Apecechea, pero no tuvo nin– guna influencia en los acontecimientos. Francisco de Olite desistió de hacer el órgano y el procedimiento continuó cumpliendo todas las exigencias de las sinodales. Se pusieron carteles «cumpliendo con el decreto del Bicario gene– ral. .. el primero en las puertas del Real Consejo de Nabarra y assibien en las de Estella, y en la Villa de Los Arcos donde se halla al presente un religioso franc (iscano) maestro de hacer organos (sería Fr. José Echevarría? ) donde [33] 94 Ibídem, fol. 15. 95 Ibídem, fol. l. 96 Ibídem, fol. .16. 539

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