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DE ORGANISTAS Y ORGANEROS EN NAVARRA EN EL SIGLO XVII En las escrituras, se tiende a especificar las cualidades de perfección que se exigen en materiales, estaño, madera o cueros y en la realización de la obra, extremo éste que se encarece con variadas expresiones. El artífice queda amarrado por drásticas condiciones tanto en la fabricación del instru– mento como en su conservaci0n y asistencia posterior a que quedan compro• metidos, cuatro años el que menos, y a veces sin límite de tiempo; no es raro exigirles fianzas. Antes de la entrega del órgano y aceptacié-n por el cabildo o la Villa, debía ser examinado por dos peritos, uno nombrado por el Vicario General y el otro por el propio organero. Tendremos ocasión de ver algún dictamen de este tipo. Como nos ha acontecido con los organistas, el material documental, en unos casos, apenas si supera el valor anecdótico y nominal -nada despreciable- y en otros, aporta valiosísimos datos sobre contratación, procesos, materiales utilizados y características técnicas del órgano. Lorenzo López de Galarreta y Vaquedano Iniciamos la relación de organeros con este vecino de Lerín. Si su vida hubiéramos de juzgarla a tenor de la agitada y extraña actividad que desarrolló en los años de su trabajo para el órgano de Obanos y otros epi– sodios, posiblemente el juicio pecara <le severo; pero las dificultades eco– nómicas y de trabajo obligaban un poco al trapicheo. Dos organeros, padre e hijo, del mismo nombre, y de Lerín ambos, conocemos. De Vaquedano junior sabemos muy poco: fue también maestro de hacer órganos y colaboró con su padre, al menos en esta ocasión. El uso, nada consecuente, de los apellidos de este organero, dificulta la identificación. Raramente se le nom– bra con sus apellidos completos; con frecuencia se le llama Vaquedano o López de Vaquedano. Por ello creemos que se refiere a Lorenzo López de Galarreta y Baquedano senior, la partida de matrimonio que aparece en los libros de la parroquia de Lerín, en 1613. «En cinco de diciembre se caso y vele a Lorenzo Lopez de Vaquedano con Maria Oyarzun. Habiendo precedido dos amonestaciones y mandado del Sr. Vicario General dispenso en la tercera amonestación fueron testigos Juan del Barco y Padro Baigorri y por verdad lo firme. D. Gaspar de An– gustas». Entre los bautizados con estos apellidos aparecen María López de Va– quedano, hija de Lorenzo y de María Oyarzun, el 22 de diciembre de 1613, y Francisco Baquedano, hijo de los mismos en abril de 1615. Casi cuarenta años más tarde aparecen Pablo Benito Baquedano hijo de Lorenzo Baque– dano y Juana Oliva, en junio de 1654 y Juan Bautista de Baquedano hijo de este último matrimonio en 1657. Parece lógico pensar que el primer ma- [19] 525

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