BCCCAP00000000000000000001292

232 CLAUDIO ZUDAIRE HUARTE tiende a extinguirse; lo contrario ocurre con el 6.º que creció en varios centros. Lanestosa contabilizó el último matrimonio consanguíneo en 1947, Pando en 1951, Sos– caño en 1942, siendo estas tres parroquias las que más influyen en el descenso general; sigue Aedo con cinco re– gistros menos en la última fase y Biáñez con dos; el resto ofrece una distribución muy dispersa o poco diferencia– da que no incide en la evolución. El coeficiente de regresión es: byx = -0,1017, lo que comporta una disminución de 0,1017% anual. El coefi– ciente de consanguinidad o valor de homocigosis es 3,2185 (por mil), casi tres veces mayor que el de la Pro– vincia; su influjo es de escaso relieve por el pequeño por– te de sus vecindarios; eliminado este distrito, el índice ge– neral hubiera sido solo dos centésimas menor que el anotado. La tradición queda confirmada por el número de dis– pensas que hemos recogido de los años precedentes al período estudiado. LEQUEITIO Las parroquias de este arciprestazgo, salvo tres situa– das en la costa al oeste de Lequeitio, se localizan en el valle del Lea-Lequeitio, siendo por orden alfabético, las siguientes: Amorato, Arbácegui, Aulestia de Murélaga, Bedarona, Ea, Guerricaiz, Guizaburuaga, Ispaster, Lequeitio, Mendeja y Nachitua. Lequeitio, Bedarona, Ea y Nachitua son costeras, asomándose al mar, un poco a distancia, Ispaster. Lequeitio, la mayor, superaba los cin– co mil habitantes (a mitad del período); Aulestia, Ispaster y Ea contaban el millar, Bedarona, la menor, sumaba unos tres cientos. A priori, por situación y tamaño, podr– ía presumirse un resultado bastante diferente del que va– mos a ver. De los 3.403 matrimonios totalizados, más de 470 se han añadido con los entresacados de los libros de los santuarios aludidos más arriba, siendo Lequeitio la villa del distrito que más bodas ha efectuado fuera de sus pa– rroquias, más de 300. Los consanguíneos son 172 (5,05%), a saber, 7 (0,20%) de TS, 60 (1,76%) de PH, 88 (2,58%) de PS y 17 (0,50%), de ts; por tanto pertenece al tipo "B" superando los PS a los PH considerablemente, lo que implica que su contribución a la homocigosis no sea tan fuerte; los enlaces de TS y ts aun no siendo muchos, conservan cierto relieve, casi parejo al que poseen en Carranza y superior al de todos los demás arciprestazgos, salvo el caso de los ts de Munguia. Apenas se registran parentescos complejos: un caso de 5. 0 y 6. 0 simultáneos en Lequeitio (1928) y otro de 4. 0 doble en Mendeja (1943). Los datos de Bedarona son incompletos por haber de– saparecido algún folio correspondiente a los años veinte; sin riesgo de yerro hay que admitir, al menos, una vein– tena de matrimonios sobre los anotados. Dejando de la– do por esta razón a Bedarona, la zona en general, alcan– za cotas muy altas; Nachitua se exceptúa y Ea y Lequei– tio tienden a rebajar la media con poca decisión; los res– tantes poblados la exceden claramente. Aunque el distri- to muestre clara predominancia de los enlaces de PS so– bre los PH, cuatro villas se despegan del modelo, Arbá– cegui, Ea, Mendeja y Nachitua, descollando llamativa– mente Mendeja que, de sus doce dispensas, once las tie– ne de PH. El sesgo de la pauta de matrimoniar en el decurso del período es similar al de otras regiones, pero presenta ciertos rasgos originales. La desviación se produjo des– pués de la conmoción bélica: en los 18 primeros años (1918-36) se casaron 96 parejas de parientes (más de 5 por año) y sólo 76 en todos los demás, la caída es muy pronunciada. Descuellan por su alta frecuencia algunas fechas como el año 18, el 25, el 32, el 40... Hasta la guerra, solo encon– tramos dos momentos (1931 y 1935) cuyo índice es infe– rior a 3%, y cuatro (1919, 24, 33 y 34) con índice por de– bajo de 5%; los restantes presentan valores muy altos, con una media próxima a 8 que contrasta vivamente con la de la fase final, casi cinco puntos más baja. También en esta circunscripción despierta curiosidad el año 40 con diez dispensas (máxima concentración de PH), como si las bodas entre cognatos planeadas con anterioridad se hubieran pospuesto hasta la estabilización de la vida so– cial. El boom de matrimonios no es tan espectacular co– mo en otros distritos en la década postbélica. Si bien todos los grados descienden, no lo hacen con la misma resolución: los grados 3. 0 (ningún caso. desde el 51) y 4.º declinan con firmeza, los otros dos, lentamente. Más que de una evolución podría hablarse de una ruptu– ra con el hábito consanguíneo: en el último lapso, solo en dos ocasiones se supera el valor medio. La mitad de las villas se liberan pronto: Amorato registra sus últimos restos los años 43 y 57; Aulestia, el 55; Ea, el 52; Guerri– caiz, el 56; Guizaburuaga desde el 32, sólo anota el 50 y 51; Mendeja, uno desde el 43, Nachitua, el 46 y el 60; los demás núcleos disminuyen con lentitud. De acuerdo con el coeficiente de regresión byx = -0,1652 la disminución anual sería de 0,1652%. Aun cuando la frecuencia (%) de consanguíneos sea casi tan alta como la de Munguia, el coeficiente de consanguinidad, contribución a la homoci– gosis, es bastante menor, debido a la prevalencia de los PS sobre PH, y es F = 1,9193, bastante superior a la pro– vincial 1,1884. El número de dispensas recogidas en los siete años anteriores al inicio de este trabajo, sugieren lo arraigado de la costumbre. MARQUINA Este arciprestazgo abarca los siguientes núcleos: Ama– lloa, Barínaga, Berriatúa, Bolibar, Cenarruza, Echeberría, Guerena, Marquina y Ondarroa; viene a formar una banda colindante con la Provincia de Guipúzcoa, recos– tándose algunos poblados en las proximidades de Urko, Oiz y Urkarregui. Sin sumar los matrimonios contraídos fuera de las pa– rroquias el total de 3.551 que manejamos, hubiera queda– do rebajado a 2.970; los consanguíneos son 155 (4,36%): 6 (0,17%) de TS, 62 (1,74%) de PH, 75 (2,11%) de PS y 12 (0,33%) de ts. Como ocurre en el área precedente, perte-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz