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LA CONSANGUINIDAD EN VIZCAYA Y SU CAPITAL DE 1918 A 1966 237 discretas y, en cambio, Beci (3,00%), Carral (3,19%), Laba– rrieta (4,92%) e Iratzagorria (7,62%) las tienen altas. La declinación del parentesco conyugal es evidente, aunque sorprendan las altas cifras del 54 y 56. En la pri– mera sección se consuman 101 uniones y 55 en la con– clusiva; lo que traducido en porcentajes significa 3,85% y 1,73% respectivamente, beneficiándose éste último dato del aumento de bodas. Siete veces se excede el valor me– dio en la primera parte y solo tres en la última, siendo frecuentes los años cuyo índice es inferior a la media. Llamativa es la irrupción de parejas emparentadas (25i) del 40 al 42 que tiende a prolongarse; paradójicamente preludian el cambio. Declina fuertemente el número de PH, pero mucho más todavía el de ts (5.º) dato este típico y original de este arciprestago que casi elimina este tipo de enlaces; el retroceso de los PS se demora hasta el fi– nal. Omitiendo las parroquias con uno o dos registros, revisamos el comportamiento del área. Labaluga alista su última dispensa el año 55, Gordejuela, Iratzagorría, Labarrieta, y Valmaseda el 56, Galdames, Sodupe y Tras– laviña el 57, La Cuadra el 59, Arcentales el 60, Trucíos y Zalla el 63; Mercadillo registra los tres casos tardíamente. El contaje de los asientos (33) realizados entre el año 11 y el 17 insinúa la pervivencia anterior del fenómeno. El coeficiente de regresión bYJS. = -0,0864, homogeniza el decrecimiento en 0,0864% al año. El coeficiente de con– sanguinidad .es ligeramente superior al provincial 1,1957; aunque por lo dicho más arriba, se entiende que la apor– tación a la homocigosis es casi tres veces mayor en los primeros años. DURANGO Este arciprestazgo extenso en superficie y parroquias despliega considerable heterogeneidad en su retorcida geografía, reconditez de algunos parajes y dificultosa comunicabilidad. En él se inventarian Abadiano, Amore– bieta, Apatamonasterio, Arrázola, Axpe de Elorrio, Elo– rrio, Bernagoitia, Berriz, Durango, Echano, Ermua, Garay, lbárruri, lzurza, Mallavia, Mañaria, Márzana, Ochandiano, Yurreta y Zaldivar. A la mayor parte de es– tas unidades hay que aplicar el apelativo de montuosas o ásperas o el de desparramadas, con excepción de las ubi– cadas junto a vía de comunicación más o menos princi– pal. La media global (3,14%) de consanguíneos puede lla– mar la atención a la vista del cómputo de matrimonios, 10.481 (más de un millar en los santuarios, sobre todo Urkola). Las 330 uniones entre allegados se adjudican como sigue: 9 (0,08%) de TS, 152 (1,45%) de PH, 135 (1,28%) de PS y 34 (0,32%) de ts; corresponde al modelo "N, primando los PH sobre los demás grados. En cien enlaces de esta condición, no llegarían a 3 los de TS, 46 serían de PH, 41 de PS y 10 de ts. Los parentescos com– plejos se reducen a dos ejemplares de 6. 0 doble en Amo– rebieta (1947 y 57), uno de 6. 0 doble en Arrázola (1947) y uno de 4. 0 doble en Mallavia (1932). La mayor parte de las parroquias siguen el mismo modelo "N', éxceptuán- <lose Ermua, Mallavia, Yurreta y Zaldívar que son del "B", y Bemagoitia, lbárruri y Ochandiano que empatan los enlaces de 4. 0 y 6. 0 • Solamente seis libros de partidas registran enlaces de TS. Los pueblos pequeños, con ex– clusión de Bemagoitia, detentan frecuencias bajas, Mar– zana (0,68%), Garay (1,25%), Echano (1,66%); Ermua (1,71%) y Durango (1,98%) les acompafian en el pequefio arraigo por matrimoniar los deudos. En el extremo opuesto se emplazan Elorrio (11,74%), Mañaria (8,69%), Bemagoitia (6,55%) Ibárruri (6,35%) y Arrázola (5,97%). Elorrio probablemente inscribió conjuntamente los de Axpe, pero aun considerándolos unitariamente alcanzar– ían el 9%. Abadiano, Yurreta y Ermua son muy ilustrati– vos: con un número muy poco diferente de matrimonios, discrepan notablemente en sus tasas: 3,75%, 2,43% y 1,71% respectivamente. Las dos villas mayores Durango y Amorebieta, coherentes con su estructura, divergen en sus índices apreciablemente, 1,98% de la primera frente a 3,19% de la segunda; además de las citadas, Yurreta e Izurza y Ochandiano cooperan a moderar la media; Berriz se sitúa ligeramente por debajo de este valor, y la comentada Amorebieta, con Zaldívar, Abadiano y Mallavía levemente por encima. El sesgo de la cognación en este distrito es también os– tensible con solo atender superficialmente la tabla del desarrollo por afios: los emparentados en el primer per– íodo doblan con creces a los del último, cayendo el por– centaje de 5,3% a 1,5%, favorecido este último por el cre– cimiento de las bodas. Solo en dos, de los 18 primeros años, la cuota es inferior al valor medio, mientras que solo en dos de los últimos es superior. Dos afios se signi– fican anómalamente, el 40 y 43, en que se recrudece el hábito de reemparentar, pero son meros episodios, como ya lo hemos observado en otros distritos. El declive es muy firme desde los afios cincuenta. Los enlaces de TS sólo cuentan uno desde el 49, los de PH se reducen sobre todo al final, también declinan fuertemente los de ts, mientras se muestran un poco más reticentes los de PS, de forma que desde el afio 44, casi todos los afios, pre– ponderan sobre los de PH. Son destacables por su envi– te en este proceso Abadiano que solo cuenta 4 episodios desde el año 49, habiendo mantenido una intensa cuota anteriormente, Berriz con solo 2, Echano que elimina la tradición el 45, Mallavia con solo 3 dispensas en el tercer período, Ochandiano con dos, Mafiaria con uno, Zaldíavar con 3 y Elorrio que reduce a menos de un ter– cio su parte; Amorebieta, Ermua y Yurreta colaboran con menos empefio; los restantes poblados no ejercer apenas influjo por su distribución irregular o su mínimo núme– ro; Izurza solo presenta tres dispensas, dos de ellas en los afios sesenta. El coeficiente de regresio, byx = -0,1226 (notable por comenzar de valores no muy altos, aunque si muy persistentes) traduce el declive a 0,1226% anual. No difería mucho la conducta respecto de este fe– nómeno previamente, pues en los siete afios anteriores se contabilizan 72 enlaces entre deudos. Tanto por su fre– cuencia como por su coeficiente de consanguinidad, que es 1,3163, rebasa los valores de la Provincia, pero es deci– sivo su efecto en su decadencia.

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