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LA CONSANGUINIDAD EN VIZCAYA Y SU CAPITAL DE 1918 A 1966 235 67 (1,28%) de PH, 73 (1,40%) de PS y 13 (0,24%) de ts. En 100 de tales uniones, 5 aproximadamente serían de 3. 0 , 41 de 4. 0 , 45 de 6. 0 y 8 de 5. 0 • Recogemos un parentesco complejo en Murueta de 4. 0 doble (1943). Siete de las do– ce villas tienden a elevar la media, y cinco la rebajan. Albizu y Urigoiti -muy parcas- solo alistan una dis– pensa; Murueta es la tercera de índice más bajo; Olarte (6,66%) y Aracaldo (4,59%) se alejan -por exceso- del valor medio, pero su influjo no es muy decisivo; Arran– cudiaga (3,48%), Ceberio (3,74%), Orozco (3,12%), Zaráta– mo (3,39%) y Zollo (3,40%), aunque dispares en habitan– tes y matrimonios, fluctúan ligeramente por encima de la media; las cuatro villas mayores divergen notablemente en su comportamiento, mientras Arrigorriaga (2,77%) y Miravalles (1,97%) tienden a disminuir el valor final, Ceberio (3,74%) y Orozco (3,12) a elevarlo. Veamos cómo se han comportado a lo largo del tiem– po: el mero contaje de datos nos da la primera aprecia– ción: en el primer lapso enumeramos 69 casamientos emparentados, por 52 en el último, en términos porcen– tuales 3,75% y 2,44% respectivamente, corta diferencia beneficiada por el aumento de bodas. Cinco veces el por– centaje es inferior a 3 hasta el año 35, y 9 veces en la úl– tima sección que, además, incluye tres años sin registro alguno. En la Postguerra hay mayor exaltación connu– bial entre los prometidos familiares que en el resto: 19 dispensas en tres años y 11 en los siguientes (39-44) pare– ce denotar una suerte de compensación frente a la con– tención previa: fenómeno éste apreciable en otros distri– tos, pero no con tal pujanza. Este decremento se debe, sobre todo, a la caída casi total de los enlaces de PH y a la pequeña cooperación de los TS; por el contrario los PS no solo se mantienen sino que aumentan, y los ts no influyen; no es la única circunscripción en que esto ocu– rre. Aracaldo elimina toda unión de parientes desde el año 41; Zarátamo desde el 46, Zollo desde el 48; Orozco acorta considerablemente su tasa; Arrancudiaga los re– parte igualitariamente; Arrigorriaga solo poda una uni– dad; Ceberio, dos; Miravalles, nada; Olarte añade algu– no; los demás pueblos no intervienen por su mínima in– cidencia. Siendo el coeficiente de regresión byx = -0,0508, (el menor de todos los distritos) la disminución homogénea es de 0,0508% anual. No parte el cálculo de cifras muy elevadas, que hubieran motivado un descenso mayor, pero por todo lo dicho se aprecia que el ritmo re– gresivo es lento. En los siete años antecedentes contamos 26 registros. El coeficiente de consanguinidad es 1,2936, un poco superior al provincial, ocupando el noveno puesto en el conjunto de arciprestazgos. BERMEO Este conjunto, el menor por el número de localidades, no por el de sus vecinos, abarca los siguientes centros: Albóniga, Busturia (con Altamira), Baquio, Bermeo (con Mañuas), Mundaca, Pedernales y San Pelayo de Baquio, casi todos se hallan pegados al mar o a la margen iz– quierda de la ría de Guernica. El número total de matrimonios es de 5.871, de los cuales son consanguíneos 175 (2,98%), índice, por tanto, inferior a 3. Ha sido muy socorrido el solemnizar la bo– da fuera de la propia parroquia (más de 800) destacando Bermeo y Busturia, sobre todas. Las 175 parejas de deu– dos se disponen así: 10 (0,17%) de TS, 95 (1,61%) de PH, 51 (0,87%) de PS y 19 (0,32%) de ts, por lo tanto del tipo "A:' con tal preponderancia de los PH que suman más que todos los otros tres grados juntos; reduciendo estos datos a 100, 54 serían de PH, unos 5 de TS, 30 de PS y 10 de ts. Los parentescos múltiples anotados se reducen a uno doble de PH en Albóniga (1930), dos de PH dobles en Busturia (1926 y 39) y uno doble de PH en Baquio (1953). En un distrito donde la media no sobrepasa el 2,98%, descuellan, por su demasía, Busturia (7,68%), Baquio (6,62%) y Mundaca (4,23%); Albóniga, Pedernales y Bermeo no alcanzan la media y San Pelayo no registra ninguna pareja de deudos. Evidentemente produce sor– presa el índice de las tres villas, aparentemente, por su situación, más abiertas a las comunicaciones y trasiego vecinal. La tendencia regresiva de la endogamia es patente co– mo en ningún otro distrito, tal vez, y terminante en las últimas décadas: en efecto, de los 175 enlaces emparenta– dos, 100 se producen en la primera parte (más de 5 por año) y solo 38 en la última. El cambio subsiguiente a la guerra implica un giro tajante en la pauta matrimonial, mucho más tendente a la panmixia desde esa fecha. Has– ta el año 35, en doce ocasiones la frecuencia es superior al 4%, alcanzando el año 21, un llamativo 8,26%, y desde esta fecha hasta el final solo el año 43 se asoma un 4,4%. Hay ciertamente una pequeña elevación de uniones fami– liares en la década de los cuarenta, pero queda práctica– mente anulada por la profusión de casaderos. La reduc– ción se evidencia por los frecuentes porcentajes inferiores a 2 e incluso a I anotados en el último tercio. El año 37 supuso la despedida del 3. 0 ; es radical el retroceso del 4;º, aunque no se extingue, menor el del 6. 0 y poco percepti– ble el de 5. 0 • En los últimos años se invierte totalmente el .. modelo que de ser ampliamente "A:' pasa a ser clara– ,, mente "B". La participación de la feligresía es muy varia: Albóniga termina su aportación con los años de la post– guerra, pues de 23 casos sólo 3 se producen con posterio– ridad (1940, 43 y 64), Mundaca poco después inscribien– do sólamente 2 de sus 22 registros tardíamente (1962 y 63); Bermeo trueca más lentamente (no tanto en PH) y Busturia conserva su cuota hasta los años 50 sin llegar a desprenderse totalmente; Baquio dispersa irregularmente, a lo largo de los años. La regresión anual de 0,0751%, de acuerdo con su coeficiente byx = -0,0751, hubiera sido más significativa sin los datos de los últimos años. Los siete años predecesores aún hubieran elevado el índice con sus 42 enlaces consanguíneos. El coeficiente de con– sanguinidad es (F) 1,4610, poco inferior al de Villaro y por encima del de Ceberio, pese a que su frecuencia es menor a la de ambos, por la preponderancia de los PH. La contribución de Bermeo a la homocigosis fué consi– derable hasta el año 35, pero mucho menor desde la dé– cada de los cuarenta; el coeficiente dado calcula su parti– cipación en la totalidad de los 49 años.

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