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HORAS ROMANAS EN ROMANCE DEMUNIÁJNDEARCE no se olvida equipararla al trabajo de nuestros antepasados que formaban gremios de especialidades, que en todas nuestras ciudades han dado nombre a calles o plazas; los impresores vivieron así; incluso su equipo artesanal era tan simple que podían trasladarse con facilidad a los lugares donde vivía al– guien que quería imprimir alguna de sus obras, como ocurrió en Navarra en numerosas ocasiones 2 4. c:ARACrERÍS"rICAS BIBLIOGRAFICAS DEL DEVOCIONARIO DE ,l\.1CN1AIN DE A.RCE Este Devocionario no tiene paginación alguna; sólo pueden orientarse el bibliófilo, y cualquier otro lector, por los signos del inicio de cada uno de los cuadernillos de que consta, siguiendo la sucesión de letras, en su parte infe– rior; son letras góticas mayúsculas; tras la primera, no se continúa después la señalización de las hojas siguientes del cuadernillo, repitiendo cada una de las letras en minúsculas. En ninguna parte de la obra se utilizan números indoarábigos para na– da, por lo que resulta algo difícil señalar referencias topológicas, al hacer uso del Devocionario o libro de Horas de Nuestra Señord 5 • En la hoja penúltima, reverso, se indica en rojo Estas cosas siguientos (sic) se contienen en ... (Parece decir "castellano"). Se trata sencillamente del índice de toda la obra que nos interesa describir 26 ; transcripción: Primeramente el martirologio. La confession. La missa da (sic) nostra señora. Las devociones de toda la missa. Las horas de (nuestra) señora. El evangelio de sanct iuan. El salmo de quicumque vult. La oracion de iuste iudex. Las oras (sic) de la cruz. Las horas del espiritu sancto. Los siete salmos de peniten / cia con las letanías (de los santos). 24 Véase: La imprenta en Navarra. Diversos autores. V Centenario de la imprenta en España, Edición conmemorativa, Institución Príncipe de Viana, (1974), 434 p. Véanse las páginas 265 a 272, donde se informa de una obra publicada en Adiós en 1692, de otra en Los Arcos en 1637, etc. 25 Los hebreos, los griegos y los romanos hacían uso de letras para sus cálculos numé– ricos; los árabes trajeron de la India la numeración actual, introduciéndola por España; tí– midamente aparece su uso en textos o códices del siglo X, pero no se generalizó hasta el si– glo XVI. La "christianitas" (Europa) tenía que defenderse de sus enemigos los sarracenos, y se negaba sistemáticamente, en principio, a participar de su cultura. Los comerciantes vene– cianos y florentinos parece que fueron los que forzaron el uso de esta numeración. 26 Al citar textos del Devocionario, he procurado hacerlo paleográficamente, conser– vando su ortografía, que no responde a norma alguna. Al tratar de las abreviaturas, las desa– rrollo, escribiendo en letra cursiva las letras que es necesario añadir para la completa escri– tura y más fácil lectura del texto. Se trata en general de abreviaturas comunes a los manus– critos tardíos de los siglos XV y XVI, según se deduce de la comparación con las láminas de García Villada (Op. cit.). [9] 215

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