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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL Las posadas de los pueblos del Valle de Baztán Me han definido «la posada» de estos pueblos, como el segundo centro en importancia de la localidad, donde todos los vecinos podían reunirse como en su propia casa; el primero era la iglesia parroquial para las atenciones espiri– tuales, y el segundo, la posada, con sus instalaciones y personal para servicios civiles, sociales y domésticos. Se construía el edificio con amplitud y robustez; lo promocionaban y edificaban casi todos los «vecinos» del lugar, en trabajo comunitario, y se constituían luego en porcionistas o accionistas de la obra, arrendándola por fin a un tercero para su cuidado y explotación. En casi todos fos casos se preparaba en la planta baja un gran «zaguán» con acceso directo desde la calle por amplia puerta de dos hojas, y a los lados del zaguán, otros locales destinados a diversos fines, como almacenes, peque– ña cuadra de animales, bodega provista de pellejos de vino y cubas de sidra, y un departamento especialmente diseñado como cárcel provisional; tenía este último local un pequeño vano o ventana protegida con gruesos barrotes de hierro, una puerta de madera de fuerte construcción con su ventanita para vigilancia y servicios, que daba al zaguán, y un camastro sencillo en su interior; la finalidad de esta cárcel era recluir por orden del «justicia» del lugar a los autores de algún enredo público, pero temporalmente, por una noche como máximo, porque había que entregarlo al día siguiente a los oficiales municipales si se creía necesario, y en caso contrario, ponerlo en 'libertad. Como estos controles están hoy en manos de la Guardia Civil, ha desapa– recido esta finalidad incluso en el edificio central del Ayuntamiento, donde existía en sus bajos una cárcel más amplia, a la derecha del «zaguán» de entrada, donde hoy se ha instalado la Biblioteca Popular Municipal. Se conserva prácticamente intacto este tipo de encarcelamiento en las posadas de Errazu y Arráyoz, pero sin camastros en su interior y destinado ahora a otros fines completamente diferentes 2 • De la mitad lateral del «zaguán» se ascendía al primer piso donde residía la familia arrendataria. Siempre se colocaba en lugar preferente la cocina y a su lado, la sala de juntas o de «batzarre», también llamada «sala del justicia»; aparte quedaban las dependencias de uso exclusivo de los arrendatarios. Al arbitrio de esta familia se podían organizar en plan de alquiler algunas otras salas «dormitorio». El piso superior o desván se reservaba como almacén, secadero de ropa y desahogo de la casa, formando en general una sala única de parte a parte de las cuatro paredes maestras del edificio y directamente bajo la techumbre de su tejado. 2. Doña Dolores Ballarena, arrendataria de la posada de Errazu que tuvo la amabilidad de mostrarme todo el interior del edificio, me indicó que en sus años jóvenes sirvió muchas veces la cena a los presos a través de la ventanita de la puerta de la cárcel. A veces, me decía, eran simples pordioseros que no tenían dónde pasar la noche y lo hacían en este rincón destinado a cárcel, pero sin el sentido de encarcelados naturalmente. 264 [2]
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