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Herriko etxea. La casa· del pueblo VIDAL PÉREZ DE VILLARREAL P ublicaba M. A. Apezteguía en la prensa de Madrid una nota dando cuenta de la restauración de una posada de la Villa, del siglo XVII 1 • Se define aquí la posada, como «un lugar de ehcuentro entre labradores, ganade– ros y artesanos, único molino harinero que existía en Madrid en aquella época». Trato de describir aquí una institución parecida que se desarrolló de forma totalmente general en todos los pueblos del Valle de Baztán: las posa– das. Se trata de edificios especiales, situados en el centro de cada pueblo y denominados indistintamente H erriko Etxea y Ostatua. Analizados los fines y desarrollo de estos entes cívico-sociales, no se les puede aplicar la acepción genérica actual de posadas, ni la de fondas u hosta– les, y menos aún la de ventas; el nombre que mejor les cuadra es el de casa del pueblo o Herriko Etxea. Las ventas se situaban preferentemente a lo largo de los caminos de enlace de los principales núcleos de población y solían llamarse «ventas de posta», porque fundamentalmente estaban destinadas a cuadras o establos donde se disponía siempre de animales de refresco para los correos y diligencias, con un pequeño taller de reparaciones y algunas habitaciones para refección y descanso de los viajeros; el nombre de «posta» quedó reservado después para el servicio de correos o servicio postal, nombre todavía en uso. ,. Tampoco se trata de siemples fondas · u hotelitos de pueb~o, porque su función era muy otra, aunque también atendían a cualquier via ero que nece– sitase alojamiento. En estos pueblos del Valle de Baztán, no obstante, se a hecho uso generalmente del nombre de posada, nombre que por breve ad y sencillez utilizaré en adelante de forma preferente. · 1. APEZTEGUIA, M.A., La posada de la Villa, un edificio del siglo X piqueta, en Diario YA, Madrid, jueves 7 de noviembre de 1985, p. 18. [1] 1 1 II salvado de la 263

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