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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL Es corriente enlazar directamente nuestras estelas funerarias medievales con los monumentos similares del paganismo, subrayando que la piedad del medioevo las cristianizó. Las corrientes culturales de esa larga época de la historia entrecruzaron íntimamente símbolos, ideas y formas de vida y no cabe la menor duda de que esta cristianización fue muy lenta y se debió a la influencia profunda de la simbología cristiana oriental en las costumbres europeas. Las primeras comunidades judeo-cristianas tuvieron que desenvolverse en la. clandestinidad y aquí es donde el símbolo tuvo su mayor importancia. El primero de todos los símbolos fue el de la señal de la cruz o señal del cristiano; sellar o señalizar un objeto es lo mismo que mostrar a los demás la dependencia o sujeción del objeto sellado respecto del poseedor o señor, y a su vez el derecho a ser protegido por el dueño o propietario. Los primeros fieles se sellaban con la «tau» griega o «taw» hebrea, se persignaban con la señal de la cruz y llevaban el nombre de cristianos. El sello podía ser temporal o indeleble; el primero se hacía con la mano o se representaba con cruces o medallas colgadas al cuello, el segundo se graba– ba por incisión o tatuaje. También se colocaba la señal de la cruz en las tumbas y desde el principio se escogieron como símbolos muy específicos numerosas letras de los alfabe– tos hebreo y griego que recibieron el sobrenombre de «letras cristológicas»; son las siete letras que representan los siete símbolos o signos de Cristo como soberanía plena del nombre de Jesús sobre los siete cielos; estas letras son la «taw» hebraica o «tau» griega, la «psi» mayúscula griega de tres puntas, la «X» griega, la «eta» mayúscula «H», la «Y» equivalente a nuestra «u», la «ro» mayúscula «P» y la «delta», todas del alfabeto griego. Estos signos o sellos llevan oculto su significado y la indescifrabilidad daba mayor fuerza al signo; era claro que el conocimiento del significado del símbolo por parte d~l no iniciado (muchas veces enemigo) podía dañar a la persona que lo pose1a. Para estudiar el simbolismo de los signos cristianos de los primeros siglos de la Iglesia, lo mismo en la sociedad judeo-cristiana que en la gentil, hay que situarse en un modelo de mundo cosmológico nada parecido al actual; las ideas platónicas y pitagóricas lo invadían todo y entre Biblia, literatura, filosofía clásica y religiones de la antigüedad se fue formando un mundo cultural lleno de simbolismos, pero con significados convergentes: Cristo, Hijo de Dios, Salvador 57 • El mundo soporte de la vida Se solía representar el mundo en forma redonda, rodeado de siete cielos circulares, del ogdoade u octavo y del empíreo o final; también se le represen– taba en formas cuadrada y rómbica, para significar las cuatro partes visibles 57. BAGAITI, B., op. cit. Recoge primero el autor referencias de los Padres de la Iglesia (Patrología griega y latina) y después comprueba sus aserciones con datos concretos recogidos en las excavaciones que él mismo ha ido realizando por Tierra Santa y demás países del Asia Menor. 492 [18]

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