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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL y salud pública, se obligó a todos los Municipios a edificar los cementerios lejos de los núcleos de población, siguiendo estrictas normas de ubicación, según los vientos dominantes y la clase de terreno elegido. «La pérdida de valor de la estela como elemento funerario, dice con razón Zubiaur Carreño, se opera en esta región entre los siglos XIV y XVI, al generalizarse la moda de hacerlo dentro de los templos». Quizás se pueda precisar algo más: fines del siglo XV y principios del XVI. La referencia citada es para el Reino de Navarra 5 1, pero puede generali– zarse para otros lugares de la Península Ibérica. 11. ESTELAS NO SEPULCRALES No todas las estelas funerarias discoideas se colocaron en los cementerios; en ocasiones se situaban en pleno campo, como recuerdo de algún hecho luctuoso o como simple cruz de término; cita Frankowski varios de estos casos 52 y he f odido localizar yo mismo hechos similares en el Valle de Baztán y en e pueblecito alavés de Echávarri-Urtupiña 53 • · Ucla, Giry y Aussibal establecen relación entre las estelas discoideas y las tumbas medievales de peregrinos; se basan en el hecho de que muchas de estas estelas van apareciendo a lo largo de los caminos jacobeos e incluso fuera de los cementerios propiamente dichos, como las dos Estelas de Egoz– cue en el Baztán y dos de las de Almándoz, recogidas en la regata de Arpetxar del camino antiguo de Bayona a Pamplona por Velate, también en Baztán (Navarra) 54 • Se trata de un viejo camino jacobeo. Hace algunos años se colocó al margen derecho de la subida al puerto de Velate (vertiente de Baztán), una estela discoidea moderna, como «recuerdo– homenaje» de sus compañeros franceses a un joven transportista muerto allí en accidente de tráfico; un recuerdo «al modo antiguo» de un hecho luctuoso moderno. 111. MOVIMIENTOS CULTURALES MEDIEVALES Queda otro aspecto que tampoco debe olvidarse; a pesar de las grandes dificultades que existieron en los tiempos antiguos para que los pueblos pudiesen contactar entre sí, se vio envuelta la Edad Media en movimientos culturales variadísimos entre las regiones europeas, norteafricanas y asiáticas; primero las Cruzadas y después las Peregrinaciones a Tierra Santa, Roma y 51. ZUBIAUR CARREÑO, Francisco Javier, La investigación de la estela discoidea en Navarra. Historiografía y bibliografía (1774-1979). Pamplona, Eunsa, 1980. Publicado en «Páginas de historia del país vasco». Véase p. 182. 52. FRANKOWSKI, E., op. cit., véase pp. 56 y 78. 53. PÉREZ DE VILLARREAL, Vidal, Estelas discoideas del Valle de Baztán, en CEEN, 18 (1986) pp. 309-363 y Estelas discoideas de Echa/ar y Vera de Bidasoa, ídem, 19 (1987) pp. 95-165. 54. UCLA, J., Les stéles discoi"dales. París, 1977. Citado por J.C. Labeaga en CEEN 10 (1978) p. 366 s, nota 38. 490 [16]

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