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FECHADO DE LAS ESTELAS DISCOIDEAS. SISTEMATIZACION DE DATOS segundo género, son propiedad de la iglesia, y las del tercero se concederán libremente sin derecho a propiedad privada. «Y para que se dé la limosna para las sepulturas, así las que se compraren de nuevo, como las que se dieren en las otras formas, se dividirá el pavimento de la iglesia por tramos o filas y conforme al estilo y costumbre de ella, o lo que ajustare el Cura con los Justicias, dándonos cuenta se tasará la limosna que se ha de dar por cada una» (Constitución IV) 32 b 1 s. Por necesidad, el cementerio exterior se dedicaba a los enterramientos de los feligreses más pobres. En el pueblecito alavés de Ocáriz, entonces de la Diócesis de Calahorra, sito en las estribaciones de la sierra de Encía, continuación de la de Urbasa en . Navarra, se inhumaron los cadáveres en el pórtico de la iglesia hasta el año de 1616; en 1647 quedaban sólo siete sepulcros para memoria del cementerio viejo, donde hubo hasta cuarenta sepulturas del pueblo y de las aldes conti– guas; a partir de esta fechi (1616) se enterró a todos dentro de los muros de la iglesia parroquial 33 • En muchos pueblos y villas, como acaba de verse y se ha comprobado por ejemplo en la Villa de Echalar, se enterró en los siglos XVII y XVIII indistin– tamente dentro y fuera del templo parroquial; ya recalcaba el padre Huesca que los ricos utilizaban el interior del templo, quedando para los pobres el cementerio exterior. Generalización de los enterramientos dentro de las iglesias El padre Ramón de Huesca publicó su obra en 1702; al referirse a los enterramientos hace la observación siguiente: «Ultimamente prevaleció el abuso, y de dos siglos a esta parte por lo menos se ha hecho general en España como en los demás Reinos, la costumbre de enterrarse cada uno a su arbitrio dentro de las iglesias, y sólo han quedado los cementerios (donde los hay) para la gente miserable y pobre que no puede satisfacer los funerales que siempre son más costosos en la iglesia» 34 • Coincide plenamente esta observación con las referencias anteriores y se puede fijar con estos datos como fecha de la desaparición total, por falta de uso, de los cementerios situados al margen de los muros de las iglesias parro– quiales, por lo menos los últimos años del siglo XVI. 32 bis. SYNODO DIOCESANA DEL OBISPADO DE PLASENCIA CELEBRADA por el Ilustrísi– mo y Reverendísimo Señor Don Fray ]oseph Ximenez Samaniego, obispo de Plasencia... en la ciudad de Plasencia los días XI, XII, XIII, XIV y XV del mes de mayo de MDCLXXXVII. (1687). Madrid, Melchor Alvarez, 1692, 464 p. Véanse Libro III, Título XV, De Sepulturis, p. 290 s, Constituciones I, III y IV. 33. PORTILLA, Micaela, Catálogo Monumental. Diócesis de Vitoria. La Llanada alavesa oriental..., Vitoria, Caja de Ahorros Municipal, 1982, 862 p. Véase p. 617 donde se cita el libro parroquial de fábrica, F II fols. 83 y 84. En el arreglo reciente que se hizo de esta parroquia de Ocáriz, al levantar una losa de las antiguas sepulturas, se recuperó una talla gótica de María Santísima en madera, de gran tamaño y en buen estado de conservación. Restaurada, es una de las «Andra Mari» más hermosas del País Vasco. Parece que un visitador del siglo XVIII mandó retirarla del culto porque «no invitaba a devoción» y el sacerdote de turno, en vez de destruirla, la «enterró» en una de las tumbas vacías del templo parroquial. 34. RAMÓN DE HUESCA, P., op. cit., p. 79. [11) 485

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