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VID.AL PEREZ DE VILLARREAL ---------------- y caseríos diseminados por toda la geografía del Valle, lo practicaban asi– duamente. / Los campos de juego de los lugares de Irurita, Arráyoz y Elizondo (Baz- tán) se hallan actualmente en perfecto estado, y todavía se organizan cam– peonatos en esta especialidad con otros equipos procedentes de muchos pueblos de las cercanías, incluso de Guipúzcoa y del país vasco francés. (Fotografía n. º 1). Es curioso observar que perdura todavía el problema de los tejados y huertos inmediatos al campo de juego, y, para resolver el problema de for– ma amistosa, se pasa en un descanso del partido «un guante» a modo de bandeja por todo el público, para que cada espectador pueda aportar alguna ayuda pecuniaria a este deporte, porque el espectáculo es en principio total– mente gratuito. Parte de estos ingresos se suele emplear en pagar «los pla– tos rotos», en este caso las tejas, de las casas que pueden sufrir el impacto de las duras pelotas, dejando así contentos a sus moradores. Por informes confidenciales de un habitual jugador de este deporte, he sabido que en Oiz de Santesteban, próximo al Baztán, se han originado es– tos últimos años litigios similares· a este de BORTENEA en torno al huerto inmediato al campo de juego, con la consiguiente incomodidad para el pue– blo y jugadores. Un testigo del siglo XVIII ju:?ga el juego ((al largo» Si con Caro Baraja se puede llamar al siglo XVIII la Hora de Navarra 3 , en esa hora brilló de forma especial en la Corte de los Barbones de Madrid el nombre de Baztán. Me es grato presentar, con motivo de este deporte pelotazal, a una de estas familias, residentes entonces en Maya y emparenta– da o al menos amistada con los Múzquiz, Goyeneche, etc... y con vivienda en la capital de Navarra, los Borda de Maya del Baztán. En carta fechada en Pamplona el 16 de enero de 1773, se dice: «Joaquín Vicente: respondo a la tuya del 11 del corriente y por ella veo que aquel día estuviste en el Pardo con el hermano, por el motivo que me refieres, y los agasajos que ambos habeis merecido del Excelentísimo Señor Múzquiz, habiendo comido en su mesa y convite de Opera, que son duplicadas fine– zas» 4 . Cerca del Palacio de la familia de los Borda de Maya (hoy cuartel de la Guardia Civil) existe actualmente una gran capilla de carácter semipúblico, dedicada a la Virgen del Pilar; la levantó la familia Borda a su costa y la llamaban «capilla merelega», por tratarse de una fundación totalmente ajena a la Diócesis y a la Parroquia, debiendo disponer los fundadores de su aten– ción religiosa y de su cuidado material. En 1792 ejercía como capellán de la familia y de la capilla indicada don Pedro Esnoz, que, en carta fechada en Maya el día 27 de agosto de 1792, decía a doña María Antonia de Goyeneche y Borda, esposa de don Joaquín Vicente Borda: 3. CARO BAROJA, JULIO. La hora navarra del XVIII. Pamplona, 1969, 493 p. 4. Por ese tiempo era Ministro de Estado y Hacienda de Carlos III el baztanés don Miguel Múzquiz. Véase ZUDAIRE HUARTE, EULOGIO - Pedro Mendi11.Ueta y Múzquiz, Vimry de Nueva Granada. Temas de Cultura Popular, n. º 233. Pamplona (1975) p. 6. 158 [6]

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