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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL te en torno al Monasterio Premostratense de Urdax 5; conocida es de todos la exigencia del mismo Rey Felipe II de que no fueran residentes habituales de tal Monasterio los religiosos naturales de estos dos Municipios. A propósito de esto leía en un pequefio y estropeado papel archivado en el Ayuntamiento del Baztán, lo siguiente: «1591 - Dichos habitadores de Urdax y Zugarramurdi de tiempo anti– guo siempre se han tenido por sospechosos a la Corona por estar emparen– tados con franceses, pues ni por religiosos los quería el Rey Phelipe segun– do en dicho monasterio, dando orden para que los religiosos que hubiese en él, naturales franceses o de la granja de Urdax y lugar de Zugarramurdi, los mudasen a otros conventos, y de allí adelante no recibiesen en dicho monasterio religiosos de dichos lugares, porque los más que viven en ellos son franceses». Con este ambiente de tensión y mal servicio a la Corona, no nos hemos de extrañar de tales pendencias fronterizas: así, los franceses destruyeron en el siglo XVI la Ferrería de Baqueola, que se había levantado algo más arri– ba de Urdax entre los religiosos del monasterio y el ·municipio baztanés, en son de paz y concordia 6 • La frontera, por otra parte, no estaba vigilada por fuerza alguna regular ni oficial, y tampoco existía control aduanero alguno en ningún punto de la misma; en ocasiones tenían que vigilarla los mismos vecinos para evitar la salida ilegal de los recursos naturales del Valle a la nación francesa. Pude copiar en el Archivo del Ayuntamiento del Baztán un. curioso plie– go referente a este tema, describiéndose una escena hilarante para nosotros y que entonces originó un recurso contencioso a los tribunales superiores. He aquí los párrafos más sobresalientes, algo actualizados en su grafía: «Sobre haber detenido los baztaneses a los que iban cargados con carbón a Francia, y el Alcalde de Urdax con su mando y gente armada hizo prisioneros a los que de este valle fueron a coger in fragantis (sic) a los que llevaban cargamento a la vecina nación». El Procurador del Valle, José de Perostena, y los jurados de Arizcun y Elvetea presentan la queja criminal. Se hace primero un recuerdo de la prohibición que hay de vender a Francia maderas, leña y carbón, lo mismo por parte de los vecinos del Va– lle que de los de Urdax y Zugarramurdi, y presentan el caso lisa y llana– mente como sigue: «... Con el motivo de los excesos que se cometen talando los montes de dicho Valle y reduciendo la leña a carbón y pasando uno y otro efecto al Reino de Francia, los dichos jurados de Arizcun y Elvetea fueron a recono– cer los términos de dicho Valle el día seis del corriente mes de marzo, al amanecer, llevando hasta once compafieros, y habiéndose repartido por tres caminos distintos, pasados los lugares y jurisdicciones de Urdax y Zugarra– murdi, en los propios términos del Valle, en parte contigua a los términos 5. ZUDAIRE HUARTE, EULOGIO - Monasterio de Urdax. Temas de Cultura Popu– lar, n. º 122. Pamplona (1971 ). 6. Véanse mis notas sobre Ferrerías y ferrones por tierras de Baztán II y III, en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra. Pamplona, n. º 27, 1977, p. 345-35 7 y n. º 28, 1978; p. 49-62. 160 [8]

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