BCCCAP00000000000000000001283

Los capuchinos de Fuenterrabía de julio a septiembre de 1936 277 Nuestro Superior, P. Melchor de Eskoriaza, supo tratar con pnidencia y cortesía a todos los religiosos y militares. Sabiendo de las graves dificultades que encontraban los soldados para su acuartelamiento, se presentó ante los jefes del ejército triunfador para felicitarles por su victoria, y les ofreció para su acuarta/amiento uno de los pisos del convento. Lo aceptaron con gran satisfacción. Así comenzó allí una nueva etapa de convivencia de monjes y soldados en el mismo caserón. El P. Superior y el P. Luis de Arel/ano les ofrecieron además una comida gratuita, especialmente preparada para los jefes y tropas marro– quíes y se fa sirvieron.los mismos religiosos, ganándose de esta forma las mejores muestras de simpatía. Desenlace inesperado El día 9 de setiembre nos visitó el M. R. P. Provincial, Padre Ladislao de Yábar. Su llegada fue para nosotros motivo de grandes esperanzas. Era la primera visita que recibíamos en tres meses: y era el P. Provincial en persona quien venía a interesarse por nosotros. No lo esperábamos tan prdnto; ni sabíamos que tenía quejas contra nosotros. Según nos dijo, poco antes se había entrevistado con el general D. Emilio Mola, y lo había encontrado muy indignado contra nosotros, porque no habíamos ido a !rún a darle la bienvenida. La entrevista debió de costar/e un mal rato a nuestro P. Provincial. A nosotros nos tocó tragar saliva por reprimenda tan inesperada; y final– mente acatamos, sin discusión, obedientes y sumisos la ordenación siguiente: "Todos, a excepción del P. Superior y del Vicario, irán esta misma tarde, en calidad de prisioneros hasta el convento de extramuros de Pamplona". En este primer embarque fueron conducidos en auto a Pamplona: J. P. Tomás de Elduayen. 2. P. Wenceslao de Lacunza. 3. P. Fermín de Yábar. 4. P. Luis de Arel/ano. 5. Fray Leandro de Oscoz.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz