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Los capuchinos de Fuenterrabía de julio a septiembre.. de 1936 273 tenían defensa ni protección; corrían alocados en busca de una salida a Francia en tanto que sobre ellos caía una lluvia de balas. Esta vez no faltaron las balas de fusil que se estrellaron contra los muros del Colegio Francés, ni algunas que hicieron blanco en las venta– nas, ni alguna que otra que se alojó en la cocina sin causar daños de consideración. Sangre y fuego El día 4 cesó la guardia de gudaris en el convento de capuchinos. Nadie se atrevió a entrar en él, pues la mayor preocupación era ''ponerse a salvo". La guardia del fuerte de Guadalupe se redujo al mínimo y hasta. hubo momentos en que dieron la sensación de abandono de la prisión. Aprovecharon muchos prisioneros esa coyuntura para salir y encon– traron la libertad; por el contrario siete prisioneros, entre ellos D. Miguel Ayestarán, coadjutor, prefirieron permanecer encerrados en el fuerte de Guadalupe hasta que llegaran sus libertadores. Sus deseos no fueron cumplidos, pues la última guardia roja, antes de abandonar el fuerte definitivamente, los pasó por las armas, el día 6 de setiembre. Ese mismo día por la tarde, los milicianos rojos concentraron en la playa de Fuenterrabía todas las unidades de su parque móvil y les prendieron fuego para su destntcción con bombas incendiarias. Aquel estampido estntendoso llegaba directamente hasta nuestros oídos; una densa y espesa humareda se levantaba desde el mar formando una negra nube. Temíamos que Fuenterrabía pudiera ser arrasada por el fuego como lo había sido lnín. Queríamos una explicación rápida de aquel acontecimiento sobreco– gedor. Nadie sabía explicarlo; las líneas telefónicas estaban sobrecarga– das. Por fin pudimos establecer contacto con quienes pudieran darnos una explicación satisfactoria: Como no había posibilidad de defensa, habían decidido destn1ir todo lo que pudieran antes de que cayera en manos del enemigo que avanzaba victorioso. Liberación El día 7 de setiembre el P. Superior, Melchor de Eskoriaza y el P. Luis de Are/fano salieron hasta el puente de Amute a dar la bienvenida a las tropas que avanzaban victoriosas hacia Fuenterrabía.

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