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Los capuchinos de Fuenterrabía de juiio a septiembre· de 1936 269 Providencia/mente los capuchinos huyeron a tiempo; la telefonía sin hilos había pasado a buenas manos Y. la guardia del convento supo cumplir maravillosamente la misión qu /f.le había encomendado. Los milicianos quedaron sin poder reírse a costa de los frailes que no habíamos desplegado más armas que las de la prudencia y la caridad. Visitas esporádicas La proximidad del Colegio Francés y del convento de capuchinos, la necesidad de vivir en paz con todos, el deseo de comprendernos y ayudar– nos mutuamente, etc., dieron como resultado algunas visitas esporádicas a nuestra antigua morada. Los guardines del Cuartel del Ejército Vasco entraban libremente en las dependencias del convento y las respetaron como si fuera su propia casa. Las hortalizas de nuestra huerta las aprovecharon para sí mismos, para algunos obsequios a sus amigos los camaradas y para los frailes vecinos. Nuestros hermanos cocinero y hortelano se camuflaron entre los militantes gudaris y con cautela prestaron un servicio extraordinario en sus propias oficinas. Asimismo para satisfacción de la devoción personal y la de algunos militantes devotos, a puertas cerradas, se celebraron algunas misas en la iglesia del convento de capuchinos, y un buen día para mi mayor tranqui– lidad de conciencia, pude llevar hasta mi nueva vivienda la custodia de exponer su Divina Majestad. Noticia tragicómica Uno de esos días en que tan maravillosamente nos hallábamos en el Colegio de los PP. Franceses la emisora de San Juan de Luz difundió la siguiente noticia: Hemos observado que en la plaza del Colegio de los PP. de los Sagrados Corazones aparecen siete monjes como ahorcados y colgados aún en la plaza. La radio de Pamplona, dando lo soñado por cierto, transmitía a continuación queposiblemente siete capuchinos habían sido ahorcados en la ciudad de Fuenterrabía. Al oír D. Juan Miguel lribarren, Párroco de Madoz 1 tan trágica noticia, quedó vivamente impresionado y se apresuró a comunicarla a mi hermano Bias Ignacio Olasagarre, diciéndole que probablemente seria yo

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