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UN VOCABLO EXPRESIVO EN ESPERA DE RESCATE den hacer desde Vera Cruz, en cuya costa pudieran intentar un desembarco esos enemigos, si antes no lo hacían en la Habana. Ursúa no dormía en los laureles. En un segundo ataque, logra desalojar a los ingleses del paraje llama– do "Las Cocidas", contiguas al golfo, echarles a pique 30 piraguas de guerra, quemarles muchos ranchos y hacerles 43 prisioneros, sin más bajas por su parte que un capitán herido de bala. El Consejo de Indias elogia entusiasma– do la política defensiva de D. Martín de Ursúa. A que responde S.M., en con– sulta de 16 de junio de 1703: "He nombrado sujeto para que sirva este go– bierno". Ni los sacrificios frutales de D. Martín ni las reiteradas peticiones del alcalde y regidores de la ciudad de Mérida, empeñados el;]. prorrogarle como gobenador de Yucatán, Cozumel y Tabasco, parecieron afectar al monarca español14. Se desvelará el misterio. Una mitra episcopal vino a truncar el discurrir sereno de la gobernación yu– catesea. A petición 'del recién llegado obispo de Mérida, Don fray Pedro de los Reyes Ríos, nombra Ursúa por su teniente de capitán general en la inquieta y be– licosa ciudad de Valladolid a D. Fernando Hipólito de Osorno, que no tarda en verse enmarañado por los dos bandos rivales. Le destituye Ursúa, que se gana la antipatía de fray Pedro. Osorno es elegido alcalde ordinario de Valladolid (ene– ro de 1702); por su proceder violento en ciertas pesquisas judiciales contra sus agresores, mandó el gobernador y capitán general Ursúa encerrarlo en la cárcel, con su vara de alcalde (16 de noviembre de 1702). Según las Leyes de Indias, cada año han de celebrarse elecciones municipales. El primero de enero de 1703 salen elegidos alcaldes el alférez D. Teófilo Ruiz de Ayuso, enemigo encarnizado de O sorno, y el "tinterillo" o picapleitos D. Fernando de Tovar y Urquiola, que lo era de D. Pedro Gabriel de Covarrubias, aliado de Osorno. Fray Pedro temió por su protegido; pero Ursúa se limitó a inhibirse, cuando Osorno se fugó de la caree!. Se acogieron a sagrado; pero Tovar y Ayuso los privaron de asilo; yapa– leados y desangrados, fueron ahorcados en la cárcel de Valladolid O sorno y Co– varrubias el 16 de julio de 1703. El prelado emeritense y el sacristán mayor de la parroquia de Valladolid, tío de O sorno, acusaron de complicidad al gobernador Ursúa, ante el virrey Alburquerque, a quien no quedó otro recurso, al recibir la noticia de excomunión y entredicho, que destituir provisionalmente de su cargo al gobernador y capitán general de Mérida, D. Martín de Ursúa y Arizmendi. Nombró por sustituto al maestre de campo D. Alvaro de Rivaguda, que echó a los ingleses de la Laguna de los Términos y mandó dar garrote, en 28 de mayo de 1705, a los ex alcaldes Ayuso y Tovar 15 • D. Martín de Ursúa se presentó en la Corte, pronto a defender su inocencia ante los consejeros de Indias. Por varias reales cédulas, libradas enTalavera el 10 14. Consejo de Indias, 16 de marzo de 1702 y 14 de agosto; 25 de mayo, 16 de junio y 3de sep– tiembre de 1703: AGI, "México", leg. 1014, "Expediente sobre las mercedes... " RuBIO Y MAÑE, ob. cit., III, 267y270-278. 15. ANCONA ELIGIO, Historia de 'fucatán, vol. 11, cap. XL "Motín sangriento en Valladolid de Yucatán, año 1703", por Rumo MANE, oh. cit., 111,247, ss. [13] 453

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