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enfermedades y las tribulaciones" 35 • Los hermanos enfermos recuerden que mediante las molestias de la enfermedad se confor– man más a Cristo paciente, experimentando en sí mismos una pequeña parte de sus sufrimientos. Recuerden, asimismo, que "completando en la propia carne lo que falta a los padecimientos de Cristo redentor, contribuyen a la salvación del pueblo de Dios y a la evangelización de todo el mundo" 36 , y a la construcción de la fraternidad mediante la cruz 37 • 3. Promoción de la vida fraterna En los siguientes números podemos aún encontrar elementos importantes para la tutela y el incremento de la vida fraterna. A los superiores corresponde promover constantemente la vida comunitaria. Al constituir las fraternidades tengan en cuenta la índole personal de cada uno de los hermanos y las necesidades de vida y del apostolado, para favorecer así el trabajo en común 38 • También el tema de la clausura, del que se hablaba en su contexto de la castidad, se ha introducido en el capítulo de la fraternidad. Modérese la entrada en nuestras casas de personas extrañas con tal prudencia y discreción que se conserve el ambiente propicio para la intimidad, la oración y el estudio. A tal fin, los que vienen a nuestras casas sean recibidos de ordinario en los recibido– res. Para salvaguardar más estrictamente la vida religiosa, en nuestras casas manténgase la clausura o un espacio reservado sólo a los hermanos. No es el miedo lo que empuja a limitar el contacto con los extraños, sino la tutela de un clima que favorezca la vida de oración y de estudio, de silencio y de recogimiento. Es éste un clima vital que no debe impedir a la fraternidad el abrirse a personas que 35 Const 87,3. 36 Const 87,3. 37 Cfr Const 88,1-2. 38 Cfr Const 88,1-2. 94

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