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Frecuentemente se oye decir: en elmatrimonio se elige vivir con quien se ama, en la vida religiosa se elige amar a aquellos con los cuales uno es llamado a vivir. Sería ciertamentemás fácil, al menos aparentemente, vivir en una comunidadque uno elige; pero faltaría o, al menos, podría faltar el aspecto fundamental del misterio pascual de Jesús, que no puede ser olvidado ni abandonado por el valor insustituible de ir unido a la cruz. Se forma una verdadera fraternidad si, de hecho, se realiza bajo el signo de la cruz sin cla– vos 23 • Una comunidad verdaderamente "religiosa" debe tender siem– pre a Cristo. Las palabras de Jesús: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos... permaneced en mí... sin mí no podéis hacer nada" 2 4, lo ponen de relieve de forma más que elocuente. La fraternidad viene de Dios como don y pasa necesariamente a través del misterio pascual. Jesús se ha sacrificado a sí mismo por la unidad de los hombres: quien quiera seguirlo debe hacer suyo su proyecto de vida y los medios elegidos y propuestos por él. Las Constituciones nos exhortan a dar sincera acogida, amor mutuo, comprensión recíproca; y todo esto exige negación de sí mismo y lucha continua contra las propias pasiones y las malas inclinaciones. Fomentemos, por eso, el diálogo entre nosotros, intercambiando confiadamente las experiencias y manifestándo– nos las necesidades 25 • Pablo VI nos recuerda que debe ser compromiso de todos "aun siendo imperfectos ... os proponéis, sin embargo, crear unambiente apto para favorecer el progreso espiritual de cada uno de los miembros ... " 26 • "Aun siendo imperfectos" ha afirmado el Papa. El legislador capuchino conoce la realidad y por eso se apresura en afirmar que "a causa de la misma vocación, los hermanos son 23 Cfr Const 87,3. 24 Jn 16. 25 Cfr Const 84,1-2. 26 ET 39. 91

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