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derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Ella vive y se alegra de la presencia del Señor. El amor es la plenitud de la ley y el vínculo de la perfección. Por él sabemos que hemos pasado de lamuerte a la vida. Más aún, la unión de los hermanos manifies– ta la venida de Cristo y de ella brota un gran dinamismo apostó– lico" 3 • La referencia a la primitiva comunidadcristiana pone de relieve un elemento queno siemprequeda suficientementeclaro: la gracia. La vida común es un don de Dios, una gracia. El· "Perfectae Caritatis II presenta unacomunidad en la que los creyentes teníanun solo corazón y una sola alma; una comunidad donde ser "una familia reunida en el nombre del Señor" es una gracia y un don de Dios. l. Francisco y la fraternidad "SanFrancisco, inspirado porDios, suscitó, según el ejemplo de la vida de Cristo y de sus discípulos, una forma de vida evangélica que denominó fraternidad" 4 • El ha comprendido el sentido de la paternidad de Dios al contemplar a Cristo como miembro de la familia de los hijos de Dios. El Jesús, visto por Francisco, es el hermano entre muchos hermanos, el hermano de todos pero especialmente de aquéllos a quienes ha unido "espiritualmente" una misma vocación evangéli– ca para seguir a Cristo pobre y crucificado; aquéllos que, superado el egoísmo de la "carne", quieren ser dóciles al espíritu con simplicidad y pureza de corazón; y que, llamados a vivir en fraternidad, se han convertido en "hermanos·espirituales". No hay aquí una motivación de orden sociológico, que nace "de la carne y de la sangre", sino un motivo de fe: Cristo. De la contemplación de Cristo, convertido en hermano de los 3 PC 15. 4 Const 83,5. 87
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