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oración mental y, según la doctrina de Cristo, óptimo maestro, ert adorar al eterno Padre en espíritu y en verdad cuidando diligente– mente de iluminar la mente y de inflamar el afecto, más que de articular palabras" 27 • La oración mental del capuchino está en línea con el método afectivo propio de la escuela franciscana. Para imitar a Cristo, verdadero maestro, el hermano menor debe tratar de adorar al Padre en espíritu y en verdad, es decir, hacer un acto interior de culto, que lleve consigo la plena adhesión de la inteligencia mediante la fe y de la voluntad mediante el amor, ya que el conocimiento de Dios adquirido en la oración está totalmente ordenado al amor. d) La oración personal. Es significativa también esta otra cita de las antiguas Constituciones de 1536: "Dado que nuestro fin últi– mo es Dios, al cual cada uno debe tender con fervor para transfor– marse en él, exhortamos a todos los hermanos a encaminar hacia esta meta todos sus pensamientos, a dirigir hacia él todas nuestras intenciones y deseos con verdadero ardor, para que podamos unir– nos a nuestro buen Padre, con todo el corazón, mente y alma, con nuestras fuerzas y facultades con constante, intenso y puro amor" 28 • El hermano, por su parte, extraiga de las fuentes genuinas de la espiritualidad cristiana y franciscana para llegar al sublime cono– cimiento de Jesucristo 29 • Poniendo de relieve el ejemplo de San Francisco y la sana tradición capuchina, con expresiones tomadas del II CPO, se reafirma luego la absoluta necesidad de la oración para cada uno de los hermanos y fraternidades. "Es de suma importancia llegar al pleno convencimiento de la necesidad vital de orar personalmen– te". Los capítulos provinciales y locales provean a fin de que todos los hermanos dispongan del tiempo necesario para la oración 27 Const(1536) 42,1. 28 Const(1536) 63. 29 Cfr Const52,5. 67
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