BCCCAP00000000000000000001278

formación permanente de los hermanos como un deber ordinario y pastoral y a fomentarla dando normas particulares, estableciendo programas orgánicos, dinámicos y completos que abarquen toda la vida religiosa a la luz del Evangelio y del espíritu de la fraternidad 65 ; convencidos, sin embargo, de que por encima y antes de las medidas extraordinarias, la formación permanente queda muy favorecida por el modo habitual de la vida diaria, ya que "la experiencia cotidiana de la vida religiosa con su ritmo normal de oración, reflexión, convivencia y trabajo" es la primera escuela de formación 66 ; del mismo modo que la vida que se lleva en una familia, así, para el consagrado, la vida en la fraternidad educa, forma y ayuda al desarrollo. Es una última llamada de atención a la responsabilidad de cada uno respecto de símismo y de los demás hermanos como viene reafirmado en el último número del capítulo, que pone de relieve cómo el proceso formativo no termina nunca e invita a madurar en la propia vocación para llevar a término la obra de Dios en nosotros. Conclusiones Al final del capítulo II, pienso que se pueden resumir así las características de la formación tal y como aparecen en el texto legislativo: 1. La formación religiosa es estrictamente personal. El forman– do es el principal artífice y responsable de ella. El, ayudado por los religiosos encargados de esta tarea y guiado por la fraternidad en la que vive, se compromete a desarrollar sus propias dotes de naturaleza y gracia y a responder totalmente a la vocación con la que Dios lo ha llamado. 2. La formación, puesto que no es fruto sólo del estudio sino también de la experiencia vivida en contacto con las realidades concretas del mañana, debe ser completa y... pastoral. 65 CfrConst43,1-2. 66 Cfr Const 43,3. 58

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz