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religiosa, en la práctica de los consejos evangélicos. Así, libres de los impedimentos que puedan aportar de la caridad perfecta, de la libertad de espíritu, de la perfección del culto divino, gozando por la profesión de un don especial de Dios en la vida de la Iglesia, y, colaboramos con el testimonio de nuestra vida, a su misión salvífica 43 • Conscientes de la gran responsabilidad que la profesión religio– sa conlleva para la vida de cada uno de nosotros, de la propia Orden y de toda la Iglesia, cada cual debe prepararse con gran solicitud "mediante los ejercicios espirituales, una intensa vida sacramental, especialmente eucarística, y ferviente oración 11 , sobre todo antes de la profesión perpetua 44 • Al final del noviciado se emite la profesión temporal, por un cierto tiempo, no inferior a un trienio ni superior a un sexenio, prorrogable pero no. más allá de los nueve años y que ha de renovarse hasta la profesión perpetua. Con ésta, "el candidato queda incorporado definitivamente a la Fraternidad con todos los derechos y obligaciones, a tenor de las Constituciones" 45 • De acuerdo con las normas de la Iglesia, el hábito propio del Instituto se entrega durante el rito de la primera profesión y debe ser signo de la consagración a Dios, "aunque antes se hubieran llevado los vestidos de la probación 11 • Más que el aspecto jurídico de esta norma, interesa la motivación teológico-ascética expresada en el texto: 11 ••• el hábito que llevamos debe ser signo de la consagración aDios y de nuestraminoridad y fraternidad 11 46 • Como signo, el hábito con el capucho de color marrón, la cuerda y las sandalias prescritas en la Regla, nos hacen aparecer como seguido– res de San Francisco, que han profesado modestia y humildad; pero de poco servirían, si no fuéramos verdaderamente hermanos meno- 42 Const 31,2. 43 Cfr Const 31,3-5. 44 Cfr Const 31,6. 45 Const 32,1-3. 46 Const 33,1: PC 17. 53
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